El chipirón es ese calamar pequeño tan apreciado culinariamente que ha dado lugar a grandes clásicos de nuestra cocina como los 'Chipirones Pelayo' o los 'Chipirones en su tinta'. Hay que limpiar su interior a conciencia y quitarles la pluma, que es ese cartílago alargado transparente que tiene dentro. Esta versión la vamos a hacer con una salsa de guindilla, el grado de picante lo puedes graduar tú.
- 500 g de Chipirones
- 6 ud de Guindilla frescas
- 1 cs de Perejil fresco picado
- 150 ml de Aceite de oliva
- Sal
- Pimienta negra
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1.
Limpiamos bien los chipirones, quitándoles el interior y la pluma. Podemos darles la vuelta -como si fuera un calcetín- y pasarlo bajo el grifo de agua fría. Guardamos los tentáculos para otras elaboraciones.
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2.
Salpimentamos los cuerpos y los salteamos en una sartén con 2 cucharadas soperas de aceite durante 2 minutos.
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3.
Retiramos y reservamos.
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4.
Quitamos el tallo y las semillas a la mitad de las guindillas, las picamos en aritos y las echamos en una cazuela con el resto del aceite y con la otra mitad de guindillas enteras.
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5.
Cocinamos a fuego muy bajo durante 45 minutos hasta conseguir que se confiten.
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6.
Añadimos el perejil picado y los chipirones salteados y mezclamos.
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1.
Repartimos el guiso en los platos para servir. ¡Listo!
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