Las ostras y las almejas pertenecen a la familia de los bivalvos por sus dos conchas. Ambos suelen comercializarse vivos, con las valvas cerradas o semiabiertas, que se cierran nada más tocarlas. También se presentan congelados, con o sin las valvas, y en conserva. Se pueden tomar en crudo pero igualmente pueden formar parte de deliciosas recetas, como esta, con una salsa de mantequilla y vino blanco.
- 16 ud de Ostras
- 200 g de Almejas
- 10 g de Mantequilla
- 200 ml de Vino blanco seco
- 2 cs de Aceite de oliva
- Sal gorda y en escamas
- 1 cs de Vinagre de Jerez
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1.
Abre las ostras con el cuchillo especial para ello.
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2.
Saca la carne y reserva las conchas.
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3.
En una sartén honda, pon el vino blanco seco con la mantequilla y 1 cucharada de aceite y echa las almejas, después de haberlas lavado bajo el chorro de agua fría.
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4.
Déjalas al fuego hasta que se abran, sácalas y reserva el caldo de la cocción.
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5.
En un cuenco grande, mezcla la carne de las ostras, cortadas en dos o tres trozos, con la de las almejas.
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6.
En un cuenco, mezcla 1 cucharada de aceite, 4 cucharadas del líquido de cocción y 1 cucharada de vinagre de Jerez.
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7.
Incorpora este líquido a la carne de las ostras con las almejas y espolvorea por encima la sal en escamas.
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1.
Coloca en un plato llano, con sal gorda en el fondo, las conchas de las ostras y pon dentro de cada una de ellas un poco de la mezcla preparada.
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2.
Sirve fresco.
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