Estas rosquillas de anís son muy tradicionales en su receta pero llevan dos ingredientes que les dan un toque diferencial: el zumo de la naranja y las nueces picadas con una pizca de canela. Así puedes sorprender con un postre clásico de Semana Santa, pero, a su vez, muy personal.
- 2 ud de Naranjas
- 50 g de Azúcar blanca
- 500 g de Harina
- 50 g de Nueces picadas
- 2 ud de Huevos
- 100 ml de Aceite de oliva
- 1 copa de Anís dulce
- 0.5 cucharadita de Canela molida
- Azúcar glas
- Aceite de girasol para freír
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1.
Batimos los huevos con el azúcar. Añadimos el aceite de oliva, el anís dulce y la canela. Volvemos a mezclar y reservamos.
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2.
Exprimimos las naranjas, añadimos el zumo a la masa y removemos de nuevo.
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3.
A continuación, vamos añadiendo poco a poco la harina y las nueces picadas, amasando todo muy bien hasta que la masa se nos desprenda de las manos.
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4.
Vamos formando cilindros estrechos con la masa, en una superficie enharinada, y unimos los dos extremos de cada cilindro de masa, consiguiendo así las rosquillas.
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5.
En una sartén con buena profundidad, calentamos el aceite de girasol, sin dejar que llegue a salir humo, simplemente que llegue a una temperatura alta. Freímos las rosquillas, hundiéndolas y dándoles la vuelta para que se vayan dorando por todos sus lados.
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6.
Las retiramos y dejamos enfriar en un papel absorbente, espolvoreándolas con azúcar glas antes de servir.
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