Un buen vaso de leche caliente es lo que se nos da cuando somos pequeños antes de irnos a la cama, nos calma y relaja, además de alejar esa sensación de frío constante que trae el invierno. Te animamos a que le des un toque diferencia y muy especiado con esta receta que, además, puede convertirse en el final estupendo de una comida copiosa o en el complemento perfecto de una merienda.
- 2 l de Leche entera
- 350 g de Harina
- 45 g de Azúcar moreno
- 20 g de Mantequilla en pomada
- 2 ud de Canela en rama
- 3 ud de Semillas de cardamomo
- 3 ud de Anís estrellado
- 125 g de Azúcar blanca blanco
- 1 cc de Canela molida
- 1 pizca de Sal
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1.
Mezclamos el azúcar blanco con la canela y reservamos.
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2.
Echamos en una cazuela la leche entera, las ramas de canela, las estrellas de anís y las semillas de cardamomo para llevarlo todo a ebullición.
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3.
Mientras, tamizar 225 gramos de harina y la echamos en un cuenco junto a la sal. Agregamos la mantequilla en pomada, mezclamos bien y, a continuación, incorporamos un poco de agua a cucharadas mientras no dejamos de remover. Cuando veamos que todo está bien integrado, añadimos el resto de la harina, el azúcar moreno y vertemos sobre la leche ya caliente.
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4.
Calentamos durante 10 minutos a fuego medio, removiendo continuamente. Si vemos que nos ha quedado con grumos, lo pasamos por un chino para conseguir una textura más fina.
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5.
Lo servimos en tazas, espolvoreando la primera mezcla de azúcar y canela sobre ellas.
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