El ajoblanco está considerado como 'el padre de todos los gazpachos', porque parece que fue previo a la llegada del tomate, y una elaboración que ya hacían los árabes con ingredientes que tenían a mano. No hay unas cantidades concretas porque varía mucho de cómo te guste de ligero o más contundente, con más o menos ajo y pan. Sea como sea, esta versión, además de con uvas -clásica guarnición para esta sopa fría-, también la acompañamos con unas anchoas en salazón, pero también podría ser atún o caballa. En la base, le ponemos unas migas también.
Para el ajoblanco
- 150 g de Almendra entera marcona
- 50 g de Pan del día anterior
- 2 dientes de Ajo
- 750 ml de Agua
- 200 ml de Aceite de oliva virgen extra
- 1 lata de Anchoas
- Vinagre de vino blanco
- Sal
- Uvas
- Vinagre de Jerez
- Brotes
Para las migas
- 500 g de Pan duro
- 1 cabeza de Ajos
- 100 g de Panceta
- Aceite de oliva virgen
- Sal
EL AJOBLANCO
-
1.
Remoja el pan en el agua y reserva.
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2.
Tritura en la batidora de vaso los dientes pelados de ajo y las almendras.
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3.
Vierte en hilo fino el agua con el pan hidratado en el vaso de la batidora y tritura hasta que la preparación quede lisa y homogénea.
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4.
Emulsiona con el aceite de oliva, pon a punto de sal y vinagre y reserva en frío.
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1.
Hidrata levemente el pan.
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2.
Sofíe la papada ibérica junto a los ajos machacados en una cazuela con aceite.
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3.
Cuando éstos hayan confitado y perfumado el aceite, añade el pan hidratado.
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4.
Remueve enérgicamente hasta que el pan quede suelto y crujiente. Reserva.
-
1.
Sirve las migas en el fondo de 4 platos hondos.
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2.
Cubre con el ajoblanco frío.
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3.
Decora con las uvas y las anchoas y añade un poco de vinagre de Jerez y unos brotes.
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