Y a este plato de pescado o marisco… ¿qué vino le va mejor?

Es en verano cuando quizás más pescados y mariscos se consumen. El calor nos motiva a comer platos más ligeros, cocinados a la plancha, al horno o a la brasa e, incluso, crudos, sobre todo los que se hacen a partir de productos del mar. Pero, ¿qué vino tomar con ellos?

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Aún todavía seguimos creyendo que solamente los vinos blancos son la compañía perfecta de pescados y mariscos, pero seamos más abiertos y tengamos presente que podemos optar también por algunos tintos, rosados o espumosos (e incluso cervezas) Tenemos un panorama vitivinícola tan rico que la elección puede enriquecer sobremanera nuestras recetas marineras y en cada rincón de nuestra geografía encontrarás distintas opciones con las que acertar.

La experiencia de armonizar -o maridar- un plato con un vino puede ser tremendamente enriquecedora, también en el caso de los productos del mar e ir más allá de los blancos. Aunque no hay reglas estrictas y cada uno beberá lo que más le guste, sí hay unas consideraciones generales que puedes tener en cuenta a la hora de combinar vino y plato. Y es que no todos los productos 'piden' la compañía de blancos, y podemos encontrar en rosados, tintos y espumosos unos grandes aliados. No todas las especies necesitan la misma pareja líquida y también tienes que fijarte en la forma de elaboración, en la salsa -si lleva- y en la estación en la que estamos -ahora, en verano, recuerda que es mejor servirlos más frescos-.

Aunque, como decimos, la subjetividad suela primar... y hay quien elige buscando un maridaje armonioso y quien prefiere romper las reglas y optar por el contraste. Pero, por lo general, un plato muy condimentado puede 'cargarse' el sabor de un vino suave y un vino fuerte, y con mucho cuerpo, va a neutralizar un plato de sabor menos pronunciado. Sí debemos evitar tintos con mucho cuerpo, cuando hablamos de acompañar a la cocina del mar, pero no descartemos un tinto joven o un refrescante rosado.

Así que vamos a ofrecerte algunas pistas que te ayudarán en este menester y conseguirás el disfrute máximo.

Qué vinos van mejor con los platos de pescado

Para las frituras de pescado se prefieren vinos de Andalucía, elaborados con la variedad palomino, y ahí los mejores son los que se hacen en el Marco de Jerez, especialmente finos y manzanillas.

• Para el lenguado y el rodaballo en elaboraciones sencillas, son recomendables blancos frutales y aromáticos, como los que están elaborados a partir de las variedades verdejo, albariño y sauvignon blanc.

• Si se trata de elaboraciones con salsas que llevan mantequilla, puedes optar por vinos hechos con las uvas chardonnay -en la D.O. Somontano encontrarás varios- o viura -una de las mayoritarias en Rioja-, y mejor si son fermentados en barrica, que tienen un toque de mayor complejidad.

• Si los pescados están elaborados con limón o naranja, casan muy bien con vinos que lleven riesling o algún muscat seco.

El salmón, al ser un pescado muy graso, marida muy bien con vinos tintos jóvenes e incluso de maceración carbónica. Y si te gusta el espumoso -cava, champán, prosecco...- también es una opción muy acertada.

• A pescados como el bonito, el atún, el mero, el rape o el bacalao le van muy bien tintos jóvenes y ligeros o rosados frescos y cítricos. Los espumosos son casi siempre una opción recomendable para casi todos los platos de pescado y marisco.

La merluza, especialmente en elaboraciones sencillas como plancha, vapor, horno, etc, va bien con vinos de albariño, godello, verdejo, airén, macabeo, etc. En general, opta por aquellos que tengan frescura y una acidez moderada.

• Los salmonetes, las sardinas, las anchoas y las caballas son pescados azules de intenso sabor y una considerable proporción de grasa, por lo que le acompañan a la perfección vinos tintos jóvenes y algún rosado con más cuerpo, por ejemplo, muchos de los que están elaborados con las uvas merlot, cabernet franc, syrah, cabernet sauvignon, monastrell o garnacha.

Qué vinos van mejor con los platos de marisco

A la langosta o el bogavante, en elaboraciones sencillas o con salsas a base de mantequilla, le van bien blancos elaborados con uva chardonnay y, en general, muchos de los que están fermentados en barrica, lleven la variedad que lleven, pero con una cierta complejidad aportada por la madera.

Otros crustáceos como gambas, cigalas, etc casan bien con blancos aromáticos y afrutados riesling, gewürztraminer, verdejos o los elaborados en Cataluña con variedades como xarel·lo, garnacha blanca, chardonnay, macabeo, parellada, chenin y sauvignon blanc. Tampoco es mala idea tomarlos con algún tinto joven que tenga una cierta acidez.

Para las ostras y los percebes, los vinos espumosos secos son una buena compañía pero también cualquier blanco gallego (albariños, ribeiros, godellos... monovarietales o mezcla de treixadura, torrontés, loureira, caíño blanco, etc) y van bien tanto si son más afrutados como si tienen un corte algo más mineral. Otra buena compañía para este tipo de marisco es la de rosados y tintos jóvenes.

Con el pulpo se pueden tomar diferentes vinos: si está hecho a la gallega, resaltarán sus cualidades vinos blancos, rosados o tintos jóvenes poco tánicos y con cierta acidez. Pero si lo tomas a la parrilla, puedes atreverte con vinos tintos o blancos algo más complejos, con cierta crianza.

• Si el plato que vas a comer es un arroz de pescado y/o marisco o una fideuá marinera, opta por vinos blancos jóvenes ligeros bien fresquitos. Si son opciones de arroces más caldosos, te puedes animar con rosados secos o tintos jóvenes. Y ¿por qué no atreverse también con espumosos rosados?