La cocina con insectos juega una mala pasada a Jose María, expulsado (definitivamente) de Masterchef

Emociones a flor de piel, lágrimas, sabor extremeño, insectos comestibles y hasta una inesperada tormenta han sido algunos de los ‘ingredientes protagonistas’ en la última entrega del popular programa televisivo

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‘Ufffffff…’ resoplaba José María, pesimista, aún sin haber comenzado a cocinar en la prueba de eliminación. Desde luego, no era para menos: bajo las campanas, todo tipo de insectos (grillos, saltamontes, gusanos, larvas de polilla…) debían convertirse en los ingredientes ‘estrella’ de los tres platos que tenían que preparar. Un resoplido que, desafortunadamente, terminó convirtiéndose en presagio de lo que aconteció en los últimos minutos del programa emitido anoche. Y es que el banderillero se vio obligado a colgar el delantal de MasterChef, esta vez de manera definitiva (tras haber sido repescado en el programa anterior, junto a Elena, otra de las concursantes que había dicho adiós al talent previamente).

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En realidad la vuelta de José María había sido algo ‘atropellada’ prácticamente desde el comienzo. Ya en la primera prueba, el andaluz presentó un plato fallido, según los jueces Pepe, Jordi y Samantha. Y eso que el reto al que debía enfrentarse no parecía el más complicado… El jurado había preparado distintas ‘cajas misteriosas’ en cuyo interior se escondían ingredientes tradicionales por un lado (alimentos que ya usaban nuestras abuelas); ingredientes del futuro por otro (gelificantes, frutas liofilizadas, etc); una tercera caja con ingredientes ‘inconexos’ (la caja más complicada, con productos que no combinan entre sí; vermut, alcachofas, chocolate…); y la caja ‘del presente’, con alimentos cotidianos que usamos hoy en día. Fue esta última caja con la que tuvo que trabajar José María y, sin embargo, se complicó demasiado la vida preparando unos nigiris de quinoa, plato que Jordi tildó de ‘desastre’. Mucho mejores fueron en esta prueba las críticas para Edurne (sus garbanzos con huevo y piel de bacalao cosecharon un buen número de piropos) y para Jorge quien, a pesar de haber tenido que trabajar con una caja complicada (la del futuro) supo salir más que airoso del reto.

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Así pues, fueron ellos dos, Edurne y Jorge, quienes se convertieron en capitanes de la prueba de exteriores. Para su desarrollo, el equipo se trasladó esta vez a tierras extremeñas, en concreto a Jerez de los Caballeros (Badajoz). Con el objetivo de rendir homenaje a los productos de esta tierra, los concursantes debieron cocinar un menú de cuatro platos (dos el equipo rojo, formado por Edurne, Odkhuu, Nathan y Silene, y dos el equipo azul, formado por Jorge, Miri, Elena y José María) para 60 ganaderos y agricultores locales.

Y aunque el caos volvió a hacer aparición en escena, las cosas fueron algo mejor que en otras pruebas de exterior. La caldereta de cordero preparada por el equipo azul estaba ‘casi perfecta’, según el jurado. Eso sí; el postre, un sencillo bollo turco, de cuya elaboración se encargó Miri, no pudo contar con más errores. Esto hizo que el equipo contrario ganara la prueba, dado que sus dos platos (sopa de tomate y perdiz estofada) estuvieron a la altura las circunstancias… bastante adversas, por cierto: durante el cocinado, una gran tormenta sorprendió a los concursantes en plena dehesa extremeña, complicándoles (más si cabe) el trabajo.

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Una tormenta casi tan intensa como la que se desataba entre la pareja (su primer beso frente a las cámaras el programa pasado por fin hacía ‘oficial’ su relación) formada por Jorge y Miri. Ambos tuvieron que trabajar en el mismo equipo, algo con lo que el exfutbolista no parecía sentirse muy cómodo: ‘No deseo trabajar con ella. No resuelve, no sabe obedecer’, decía Jorge tras el ‘desastre’ de su chica con el postre extremeño. Aunque luego, las aguas volvían a su cauce…

Precisamente ellos dos, junto a Elena y Jose María fueron los protagonistas de la última prueba: la de eliminación. Campanas que se levantan. Un amplio abanico de insectos en su interior… y el mencionado resoplido de desánimo de Jose María al que hacíamos referencia al comienzo. Al banderillero ni siquiera le tranquilizaban los consejos del cocinero invitado de la noche: Roberto Flore, chef del laboratorio de la diversidad alimentaria Nordic Food Lab (Copenhague), y experto en el cocinado de tan exóticos animalillos… “Debéis tener la mente abierta, los insectos pueden introducir muchos sabores y texturas diferentes a los platos”, les decía.

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Pero claro, cocinar tres recetas con un ingrediente tan ajeno a nuestra cultura y tradiciones, no era tarea fácil. Jorge y Miri supieron solventar la ‘papeleta’, tirando de ideas más o menos acertadas (especialmente las de Jorge, quien recibió las felicitaciones de los jueces). Pero Elena y José Luis no supieron resolver. De hecho, ambos obtuvieron el mismo reproche: haber intentado ocultar los insectos en sus platos, en lugar de ponerlos en valor.

La cosa estaba muy ajustada y, finalmente, la ‘balanza de la expulsión’ cayó del lado de José María que, tal y como ocurriera la primera vez que dijo adiós al programa, volvía a colgar su delantal muy conmovido y triste. “Era un producto difícil, no sabía por donde cogerlo”, aseguraba, resignado, aunque agradecido por su paso por el programa. “MasterChef me ha dado afán de superación, me ha dado valores y me ha dado amigos”, aseguraba el concursante en sus palabras de despedida, visiblemente emocionado.

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