Planes 'gastro': ¡Cómete el verano en estos restaurantes con vistas al mar!

Disfrutar de una sabrosa comida mientras contemplamos el mar es, sin duda, uno de nuestros ‘placeres veraniegos’ favoritos. En este sentido, el litoral español ofrece un gran abanico de opciones. Nuestra agenda de hoy os propone un recorrido por cuatro de esos restaurantes y chiringuitos donde la buena cocina está ‘aliñada’ con unas maravillosas vistas.

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Si hay algo de lo que podemos presumir en España es de una excelente gastronomía, buen clima y un magnífico litoral. Y son muchos los restaurantes y chiringuitos de la costa española donde es posible disfrutar de todos esos ‘privilegios’ durante los meses de verano. Hoy nos vamos a detener en cuatro de ellos:

'La Deliciosa', playa de la Barceloneta. Barcelona.

Comenzamos nuestra ruta en Barcelona. En concreto, lo hacemos en ‘La Deliciosa’, chiringuito ubicado en la mítica playa de la Barceloneta. Gastronomía sin pretensiones centrada en un producto sencillo que recuerda notablemente a la cocina de antaño. Si buscamos una filosofía ‘gastro’ donde comer con los pies en la arena y hacerlo bien cerquita de la orilla del mar, ‘La Deliciosa’ predica con el ejemplo, ya que, además de ser un chiringuito gastronómico, también es en un espacio ‘vintage’ ideal para disfrutar la ‘Beach life’ que ofrece la Ciudad Condal. En la carta, su mítica ‘tortilla de patata’, la ‘coca crujiente del Maresme’ o la ‘paella de la casa’ nos recuerdan, bocado a bocado, que estamos en pleno período estival. El local cuenta también con un menú específico de cócteles de cava que no hay que perder de vista, así como su interesante carta de desayuno, donde proponen arrancar el día con platos como el ‘açai con fruta fresca’ o unos deliciosos ‘huevos de corral’.

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'Restaurante Antonio', Urbanización Quebrantanichos, Tarifa. Cádiz

Tartar de atún, romanitas, pescados de roca a la sal, ortiguillas, calamares de potera... Al restaurante ‘Antonio’ no le hacen falta demasiadas presentaciones, ya que su fama le precede como uno de los mejores restaurantes donde comer junto al mar. Estamos en Cádiz, y hemos llegado hasta aquí con ganas de disfrutar de ricos platos, en un entorno único como es Zahara de los Atunes. Y precisamente atún es lo que bordan con una maestría ejemplar en este local gaditano, donde lo preparan de hasta quince formas diferentes. Con una ubicación excepcional y unas inmejorables vistas, el ‘Antonio’ completa su excelente oferta gastronómica con una carta centrada al 100% en el producto y en la gastronomía local, la gaditana, la de toda la vida. De ahí que sus ‘tortillitas de camarones’ o su ‘tartar de gambas blancas con salmón’, amén de cualquier plato de atún como el ‘lomo de atún encebollado’, sean siempre excelentes opciones a la hora de comer aquí. Un privilegio.

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'El chiringuito de Ayo'. Nerja, Málaga.

Más de 40 años contemplan a uno de los chiringuitos con más solera del litoral Español. El popular ‘Chiringuito de Ayo’ cumple a rajatabla con el patrón de chiringuito que todos tenemos en mente: un local sencillo donde comer cerquita de la arena y mirando al mar. Lejos del glamour y las modas ‘foodies’, aquí las sillas son de plástico y las servilletas de papel, pero siempre hay una deliciosa paella (hecha a fuego de leña) recién cocinada para quien quiera disfrutarla, así como mucha variedad de carne y frituras entre las que destacan sus ‘calamares’, sus ‘boquerones’ o el ‘pez espada empanado’. Conviene reservar con antelación.

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'Ca’s Patró March'. Cala Deià, Mallorca

Pocos restaurantes quedan en las costas españolas con tan privilegiada ubicación, excavados en la roca y literalmente sobre el mar. Así es ‘Ca’s Patró March’, uno de los secretos mejor guardados de la Sierra de Tramuntana, en Mallorca, y más específicamente en Deià, uno de los pueblos más bellos de todas las Baleares. En este restaurante-chiringuito de aspecto bastante rural no hay una carta fija, ya que los platos principales suelen venir marcados por el pescado fresco del día que se consiga, que se sirve generalmente acompañado por el sabroso y vistoso ‘tumbet mallorquín’ (una especie de pisto muy característico de la isla, que también lleva patata). El precio medio del ticket es quizá más elevado que en otros locales de playa, pero lo cierto es que su espectacular emplazamiento hace que bien merezca una visita. Y es que contemplar desde su ‘balcón al mar’ cómo la luz del atardecer de este pequeño pueblo mallorquín se va transformando (ésa que ha enamorado a tantos artistas, románticos y bohemios) es una experiencia más que recomendable.

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