Formentera: paraíso natural y gastronómico

Más allá de sus magníficas playas, la más pequeña de las Baleares esconde verdaderos tesoros ‘gourmet’ para los amantes de la buena mesa

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Es inevitable que, al escuchar la palabra ‘Formentera’, nuestra mente viaje a playas paradisíacas de arena fina y aguas azul turquesa… Pero, más allá de su maravilloso entorno natural, la isla pitiusa se presenta también como un destino muy interesante para quienes disfrutan de los placeres del buen comer. Es por ello que hoy queremos proponeros un pequeño recorrido por algunos de los productos autóctonos y recetas más características de esta bellísima isla (paraíso vacacional de muchos afortunados), entre cuya oferta ‘gastro’ encontramos, además, una estrella Michelin. ¡Comenzamos!

‘Peix sec’, una delicia con mucha tradición

Si en sus orígenes respondía a una tradición de los pescadores de Formentera, quienes secaban el pescado para conservarlo y consumirlo durante todo el año, el ‘peix sec’ es hoy en día todo un referente y ‘reclamo’ gastronómico de la isla. Raya, musola y cazón (peces cartilaginosos de piel resistente y sin escamas) son las especies más frecuentes.

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El proceso se realiza cortando en filetes el pescado limpio pero sin retirar la piel. Tras pasar entre 30 y 60 minutos en salmuera, se deja secar al sol un tiempo que va desde uno a cuatro días, colgando los filetes en las puntas de ramas de sabinas. Una vez seco, el pescado se tuesta al fuego, se desmenuza y se guarda en envases de vidrio con aceite de oliva, donde puede conservarse durante meses. De textura dura, olor a mar y sabor a sal, el ‘peix sec’ es el ingrediente estrella de platos como la Ensalada payesa, que puede degustarse en numerosos restaurantes de la isla.

El vino formenterano, gran ‘tesoro’ por descubrir

El vino es otro de los grandes atractivos gastronómicos Formentera. Con una tradición de viticultura desde tiempos inmemoriales y aproximadamente 80 hectáreas de viñedos, sus vinos son muy apreciados gracias a la antigüedad de sus cepas, que escaparon (en parte debido a su aislamiento geográfico) a la epidemia de filoxera que arrasó la mayor parte de viñedos europeos en el siglo XIX.

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Además del ‘vino payés’ que se elabora en muchas casas para el autoconsumo, existen dos bodegas que desarrollan hoy en día su actividad en la isla: Terramoll, en La Mola, que inició su andadura en el año 2000 con el objetivo de elaborar un vino íntegramente formenterano en el que se conjugan tradición y modernidad, y Cap de Barbaria, en el último núcleo habitado antes de llegar al faro del Cap de Barbaria, con una espectacular vista a las playas de Mitjorn y La Mola, refugio de gran belleza rodeado de viñedos de monastrell, fogoneu, cabernet y merlot.

Sal líquida: el mar en estado puro

Por su parte, la famosa sal líquida de Formentera procede enteramente del mar, sin ningún tipo de aditivo de color o sabor. Su alta calidad se debe a la potente filtración, oxigenación y mineralización que ofrece el agua del mar y al efecto de la posidonia oceánica (planta acuática, endémica del Mediterráneo), que originan una sal con minerales y oligoelementos de valor diez veces superior al de otras sales en cuanto a beneficios para el organismo. El producto se comercializa con un sistema de vaporizador que permite impregnar de forma homogénea los alimentos, favoreciendo su absorción. Se recomienda especialmente para platos fríos y entrantes, y destaca por su versatilidad como herramienta de creatividad para los profesionales de la cocina.

Miel, higos secos, queso fresco…

Otros productos destacados son la miel ‘es Morer’, que debe su excelente calidad a la flora de secano (romero o tomillo, según la época) y la ausencia total de ingredientes químicos en su elaboración; los higos secos, de intenso sabor y aromatizados con anís y laurel; el queso fresco, elaborado a partir de leche de cabra y oveja; y el bescuit, un pan de horneado prolongado y consistencia similar al pan tostado que requiere de hidratación antes de ser consumido.

Un recetario muy mediterráneo

En cuanto a los platos de referencia en la gastronomía local, destacan arroces, pescado fresco, carnes a la brasa y algunas recetas tradicionales, entre las cuales sobresalen (además de la ya mecionada Ensalada payesa con peix sec), el Frit de polp (frito de pulpo), el Sofrito payés con carne y patatas, los Calamares en su tinta, elaborados con butifarra y sobrasada, y el Guiso de pescado con patatas.

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También hay dulces destacados, especialmente el Flaó, un pastel redondo elaborado con huevos y queso fresco que forma parte de la tradición gastronómica de Ibiza y Formentera; la Greixonera, una especie de pudding con canela, tradicionalmente elaborado para aprovechar las ensaimadas sobrantes del día anterior; y las Orelletes, tortas de harina espolvoreadas con azúcar, con diversas formas, y muy relacionadas con las celebraciones (para las que se elaboran grandes cantidades).

De las mesas de chiringuito a las ‘bendecidas’ por la Michelin

A pesar de sus escasas dimensiones geográficas, Formentera cuenta con una variada oferta de restaurantes en los que degustar su gastronomía: desde el único estrella Michelin de las Pitiusas, ‘Can Dani’ (ubicado en la carretera de La Mola y capitaneado por la chef Ana Jiménez), hasta los chiringuitos a pie de playa, pasando por los locales ubicados en los principales núcleos de población, donde se puede disfrutar tanto de sabores tradicionales como otros más ligados a la cocina creativa. La elección está en tu mano… ¡y en tu paladar!

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