Las hijas de Marisa Medina, arropadas por veteranas figuras televisivas, dan el último adiós a su madre

Por hola.com

Laura, Silvia y Alexandra arropadas por el cariño y el calor de familiares, amigos y compañeros dieron ayer su último adiós a su madre, la recordada presentadora Marisa Medina, quien fallecía el pasado 11 de abril en Madrid a los 69 años de edad tras una larga lucha contra un cáncer de colón e hígado.



Bajo un cielo gris, que amenazaba lluvia, sus seres más queridos se reunieron en la madrileña iglesia de Santo Tomás Moro para entonar su particular despedida a Marisa, quien ya forma parte de la historia de la televisión.

El gran ausente en este emotivo funeral fue su exmarido, Alfonso Santisteban, padre de sus tres hijas, y quien sí estuvo junto a ella en sus últimos momentos y para quien la perdida de su exesposa fue un duro golpe.



Quienes si estuvieron allí para despedirse de una de las figuras más emblemáticas de la televisión española durante la década de los años 70 y 80, fueron el cantante Jaime Morey, el periodista José Luis Uribarri, el novelista y también periodista Luis del Val y el actor Pepe Ruiz, conocido por su interpretación en la mítica Matrimoniados del productor José Luis Moreno.

Marisa Medina, nacida en Madrid en 1942 comenzó su carrera profesional en TVE, donde en 1964 pasó a formar parte de la plantilla de locutores y en los años siguientes se convirtió en uno de los rostros más populares de la cadena, en la que presentó la casi totalidad de los festivales de la canción.



El 25 de mayo de 1970 contrajo matrimonio con el compositor Alfonso Santisteban y tuvieron tres hijas: Silvia (1974), Alexandra (1976) y Laura (1983). En marzo de 1994, ambos presentaron de mutuo acuerdo la demanda de divorcio.

En 1971 debutó en el cine con La casa de los Martínez, a la que siguieron numerosas películas. Dentro del mundo de la canción, realizó diversas galas por España y grabó varios discos, aunque sin demasiado éxito.

Autora del poemario Quien espera ...., a principios de 1977 debutó como autora en una obra para café-teatro titulada La noche de los maridos infieles, que permaneció en escena durante un año y medio, e interpretó Rosa Valenti, y en 1980 dirigió por primera vez su propia obra, Burguesa de día, burguesa de noche.

Tras cinco años de ausencia de la pequeña pantalla, en enero de 1990 regresó a TVE para colaborar en el programa Buenos días. Al año siguiente, en febrero de 1991 presentó en TVE el espacio semanal Llave en mano, dedicado a la vivienda, en el que abordaba aspectos relacionados con la arquitectura, la decoración y la legislación, en colaboración con especialistas.

Alejada de la televisión, Marisa Medina cayó en la droga y el juego, reconociendo haber perdido 150 millones de pesetas. Una vez fuera de estas adicciones, reflejó sus vivencias en el libro Canalla de mis noches (2003) y el poemario La droga solitaria (2008). Sin embargo, luchó por retomar la vida que dejó atrás cuando todo esto empezó y logró superar su complicado pasado en el año 2003.