1/3Como viene siendo habitual, su llegada al restaurante Nobu, uno de los más famosos de la Gran Manzana, provocó un gran revuelo y fueron muchos los periodistas, fotógrafos y curiosos que no quisieron perder la oportunidad de verla y conseguir la mejor instantánea. Ella, haciendo alarde de la gracia y el humor que la caracteriza, se mostró de lo más simpática moviendo su pelo y bailando mientras acaparaba todos los flashes de las cámaras
Como viene siendo habitual, su llegada al restaurante Nobu, uno de los más famosos de la Gran Manzana, provocó un gran revuelo y fueron muchos los periodistas, fotógrafos y curiosos que no quisieron perder la oportunidad de verla y conseguir la mejor instantánea. Ella, haciendo alarde de la gracia y el humor que la caracteriza, se mostró de lo más simpática moviendo su pelo y bailando mientras acaparaba todos los flashes de las cámaras