Jonás Trueba continúa la saga familiar convertido en uno de los jóvenes directores de cine del momento

Por hola.com

Jonás Trueba, el hijo de Fernando Trueba (y sobrino de David), es uno de los nuevos talentos en alza del cine español y continúa así con una de las sagas de cineastas más célebres y reconocidas de nuestro país a través de películas muy personales y diferentes.

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Es inevitable pedirle a Jonás, de 34 años, que rescate algún recuerdo especial vivido durante alguno de los miles de rodajes entre los que este joven director ha crecido: “Quizá la primera película de mi tío David, La Buena Vida, cuando iba al rodaje a hacer de figurante en el colegio del personaje protagonista y me presentaron a Daniel Gascón. David Trueba nos dijo: salid por ahí al fondo, fingid que sois amigos y hablad entre vosotros... Ahora aquel otro figurante y yo somos mejores amigos”.

Y es que es precisamente con sus mejores amigos con quienes Jonás Trueba acostumbra a trabajar en todas y cada una de sus películas: “Es una cuestión de confianza mutua. Nos tenemos fe. Nos queremos. Queremos compartir, convivir, crecer juntos. Pero sin compromisos y sin ataduras, y siempre dispuestos a aceptar gente nueva”, atestigua. Y lo mismo sucede con los actores y actrices que escoge para protagonizar sus películas: “Normalmente muchos directores tienen un personaje y luego piensan qué actor es el más adecuado para interpretarlo; yo hago al revés, primero pienso con qué actores quiero trabajar (normalmente pertenecientes a su círculo real de amigos) y luego pienso qué historia crear para ellos”.

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A pesar de que tiene como referentes a grandes realizadores como Jean Renoir, François Truffaut, Luis Buñuel, Charles Chaplin o Hitchcock, si preguntamos a Jonás con qué época de toda la Historia del Cine se queda, contesta rotundo: “Esta que vivimos ahora, básicamente porque es la que me ha tocado vivir y las otras solo las puedo imaginar. Algunos lloran la supuesta época dorada del cine, pero ahora existe más libertad y posibilidades para crear. Quiero vivir el cine que me ha tocado vivir, no otro”.

Lejos de contar historias cerradas las películas del más joven de los Trueba muestran pequeños fragmentos de vida y conversaciones de corte realista que se desarrollan en localizaciones con encanto que bien podrían conformar alguna guía secreta de ciudades como Toulouse, París o Madrid. Pero ¿y de su propia vida? ¿Se cuela también algún fragmento en sus cintas? “Supongo que es inevitable, sí. Y tampoco me esfuerzo especialmente por evitarlo. Estoy convencido de que mis emociones o algunas situaciones que puedo vivir son muy parecidas a las de muchos otros. También sé que desde el momento en que coloco la cámara y hago la puesta en escena, esa vivencia propia se convierte en otra cosa: sucede por primera vez en la película y aunque forme parte de mí ya no es mía únicamente.”

- ‘Los Ilusos’ de Jonás Trueba triunfa en el festival Cinespaña de Toulouse

Jonás Trueba cuenta con un gran futuro por delante. Ha escrito y dirigido los largometrajes Los Ilusos (2013) y Todas las canciones hablan de mí (2010) – protagonizada por Bárbara Lennie -su pareja sentimental de entonces- y por la que fue nominado al Goya por Mejor Director Revelación- y su última película, Los Exiliados Románticos (2015), está en cartelera actualmente. La cinta muestra al viaje de tres amigos que se reencuentran con amores idílicos y efímeros. En una de las escenas, uno de los personajes masculinos entrega una carta de amor a una amante eventual que ella lee delante de él, una situación que, aunque embarazosa, muchos hemos deseado vivir en alguna ocasión, ¿También Jonás? “Supongo que sí, porque creo que me costaría mucho filmar una secuencia en la que no me viera proyectado. Cuando filmo una secuencia es porque me gustaría vivirla, o revivirla. Es como una metáfora de la propia película: muy kamikaze, inconsciente, vertiginosa, ridícula, desastrosa, pero feliz. Es un fracaso feliz. Una manera de recordarnos a nosotros mismos que no debemos reprimir nuestras pasiones”.