Blanca y radiante. Así es como apareció Adriana Ugarte en la presentación de la nueva colección de vestidos de novia y fiesta que propone la firma Aire Barcelona para el próximo año. A ello habría que añadir que se también se mostraba feliz, puesto que dicha aparición se produce en uno de los momentos más dulces de su vida, tanto por el éxito de la serie El tiempo entre costuras, como por lo bien que marcha su relación sentimental con el actor Álex González. Un noviazgo que comenzaron durante el rodaje de la película Combustión y que, de momento, tal y como asegura ella, no tiene visos de terminar en el altar. “Yo soy de las que piensan que hay que vivir cada momento, sin precipitar las cosas. Ni siquiera nos hemos planteado lo de casarnos en broma. Lo veo todavía como algo lejano”, asegura Adriana, mientras luce radiante uno de los trajes nupciales.
Romántica confesa, la actriz desveló que “me encantaría que mi pareja me pidiese la mano sin darle importancia, como si fuera algo normal, o que me descolocará, que me lo soltara de repente mientras estamos cenando” y desveló lo que más le gusta de su novio, con el que lleva algo más de un año de relación. “En Álex he encontrado mucha felicidad y tranquilidad. Y también me aporta mucha calma, algo fundamental porque los dos ejercemos una profesión en la que tenemos que mantener los sentimientos a flor de piel. Yo creo que el éxito de una historia sentimental es conseguir el sosiego en la relación y creo que nosotros lo hemos alcanzado”.
Discreta siempre en todo lo relacionado con su vida personal, Adriana no dudó en esta ocasión en pregonar a los cuatro vientos las virtudes como actor de su novio, quien, hace apenas unos días, confesaba que cuando veía a su novia actuar se quedaba embobado: “¿Ha dicho eso de verdad? Pues yo, cuando lo veo a él, tartamudeo. Siempre me ha parecido un extraordinario actor, incluso antes de trabajar con él en Combustión y de compartir nuestras vidas. Reúne un conjunto de talento, de fuerza y de dulzura. Y combina la vulnerabilidad con el dominio total de la situación. Una combinación muy difícil de lograr”. Y entre risas, recordó como surgió el amor entre ambos: “Es cierto que, aunque no lo parezca, Álex es muy tímido, pero supongo que el amor hace que las cosas surjan por si solas y lo nuestro fue una cosa mutua y natural, aunque suene a veces a cuento de príncipes y hadas. Nos conocimos trabajando, surgió el flechazo y después hubo mucha sintonía y complicidad entre nosotros”.
En lo que se refiere al terreno profesional, Adriana adelantó que, tras terminar el rodaje de El tiempo entre costuras, que se emitirá hasta finales de diciembre, se encuentra valorando distintos proyectos de cine y televisión: “Desde fuera puede dar la sensación de que, con el éxito cosechado con un personaje como Sira Quiroga, puede estar llegándome un aluvión de ofertas, pero no es así. El panorama económico lo ha cambiado todo. Me están ofreciendo cosas, pero no ha habido un cambio radical de hace dos meses a ahora”.
Al margen de la interpretación, la actriz se encuentra preparando también su primera colección de lencería que bautizará con el nombre de Feel Peachy: “Dentro de unos días iré al Norte, que es donde me están fabricando las prendas y veré cómo va. Ya cosía de antes y me gustaba el diseño, pero creo que todos los personajes te empujan a hacer cosas y creo que, de no haber hecho El tiempo entre costuras, ni siquiera me hubiera planteado sacar una línea de lencería que quiero que sea como una segunda piel para la mujer, con algodones orgánicos que dejen respirar a la piel, encajes antiguos y colores otoñales. Que destaque por su calidad y que, al verla, la gente diga: “¡Qué buena pinta!”. Eso sí, lo de diseñar su vestido de novia ya es otro cantar: “¡No, no! No creo que lo haga. No me atrevo a tanto”.
