El silencio y la discreción han sido dos de sus señas de identidad. Hija de dos de los actores más famosos del mundo, Isabella Cruise, no había hablado de su vida privada hasta ahora, momento en el que la hija adoptiva de Tom Cruise y Nicole Kidman ha decidido hablar de la relación que mantiene con su madre, la que ha sido puesta en entredicho en numerosas ocasiones.
Isabella, de 19 años, quien decidió quedarse en la mansión de su padre en Beverly Hills junto a su hermano, Connor, cuando la pareja de actores pusieron fin a su matrimonio en 2001, ha confesado: "Yo amo a mi madre. Ella es mi mamá y es genial. A veces la veo y hablo con ella. Somos una familia muy unida. Me encanta todo de nuestra familia".
Las declaraciones de Isabella a la publicación New Idea magazine contrastan mucho con las de su madre, quien señalaba en el canal televisivo GMTV. "Mis hijos no me llaman 'mami', ni siquiera me llaman mamá. Me llaman Nicole y ya les he dicho que no me gusta". Lo cierto es que en su momento se rumoreo que tanto Isabella como Connor llamaban mamá a la segunda esposa de su padre, Katie Holmes, y que empezaron a hacerlo cuando estos tan solo llevaban dos años juntos. La actriz de Batman Begins, confesaba: "Sus dos primeros hijos son increíbles, muy inteligentes y amable. A mí me llaman mamá". Cierto es que es mucho más habitual ver a Isabella en compañía de Katie y su hermanita Suri que de Nicole y sus otras dos hermanas, Sunday Rose y Faith Margaret.
Ahora la hija adoptiva de Tom y Nicole ha abandonado el nido familiar y ha comenzado una nueva vida al lado de su novio, Eddie Frencher, con el que se ha ido a vivir a un pequeño apartamento en conocido distrito de Skid Row, en Los Ángeles. Isabella y Eddie, de 23 años, hicieron pública su relación el pasado mes de enero en la fiesta de cumpleaños de su hermano de Connor, dejando claro así que lo suyo iba en serio.
