El matrimonio Douglas, felices vacaciones con sus hijos Dylan y Carys

Por hola.com

A sus 61 años, Michael Douglas está en plena forma. Lo ha demostrado durante las vacaciones que pasa junto a su mujer, la bella Catherine Zeta-Jones, veinticinco años más joven, y a sus dos hijos en la isla de San Bartolomé, el destino de moda entre las estrellas del mundo del espectáculo. El actor, que ahora luce una barba canosa, nadó, chapoteó y jugó sin parar en el agua subiendo a Dylan, de seis años, y Carys, de dos, a una pequeña tabla de surf, mientras la actriz observaba atentamente.

Como una familia feliz, se pudo ver a los Douglas disfrutando de intensas jornadas de playa que quedaron inmortalizadas por la cámara fotográfica de Catherine quien, siempre pendiente de los niños, no quiso perder ningún detalle de todo lo que allí sucedía. La protagonista de La leyenda del Zorro lucía asimismo una estupenda silueta con un bikini negro y un estampado vestido playero. En los próximos meses la actriz podría meterse en el papel de la transexual April Ashley, famosa por haberse casado con un aristócrata británico, si acepta finalmente la oferta del productor Mark E. Senté para rodar una película biográfica basada en el libro "First lady" (la prensa estadounidense cree que dará el paso considerando dos cosas, que Charlize Theron y Halle Berry han ganado recientemente sus Oscar por interpretar a personajes cuyo aspecto físico enmascaraba su belleza natural, y el éxito y reconocimiento que está logrando Felicity Huffman por interpretar a Duncan Trucker en Transamérica).

Michael Douglas y Catherine Zeta-Jones, que contrajeron matrimonio en el año 2000, parecen vivir una perpetua luna de miel. La pareja reparte su tiempo en sus múltiples propiedades. A la casa valorada en 3,5 millones de euros, que se han construido en Mumbles, cerca de Swansea, la localidad natal de la actriz, hay que sumar sus mansiones en Bermudas (unos dos millones de dólares), en Aspen (catorce millones de dólares), en Los Ángeles (mil metros cuadrados), Nueva York (tres plantas, valorada en cuatro millones de dólares), Montreal, con lago y todo, y S’Estaca en Mallorca.