La corona y el cetro

Joyas para un rey

Por Hola.com

La corona
Se trata de una modesta corona de enormes dimensiones (390 milímetros de alto, un diámetro máximo de 400 milímetros y un aro, el que se ceñiría a la cabeza de realizar esta función, de 185 milímetros de diámetro), no alcanzando su peso un kilogramo. Realizada en plata sobredorada, luce en su interior un forro, a modo de bonete, en terciopelo rojo, visible través de diademas que confluyen en el orbe superior en el que se asienta la cruz, emblema de la catolicidad de nuestros monarcas. La corona, que al parecer fue fabricada en 1775 por el platero real Fernando Velasco, no podría tasarse, al margen de su valor histórico, en más de 1.200 euros.

Las últimas veces que la corona se ha visto en público ha sido con ocasión de los traslados al panteón escurialense de los restos mortales de Alfonso XIII y de doña Victoria Eugenia, que tuvieron lugar, respectivamente, el 19 de enero de 1980 y el 24 de abril de 1985. (…)

En 1988, el semanario Panorama publica un reportaje en el que reproducía una curiosa imagen, elaborada informáticamente por Antonio Alonso, en la que se mostraba don Juan Carlos coronado con esta pieza. El fotomontaje demostraba, por la chocante diferencia de tamaños, la imposibilidad de que la corona se concibiese para coronar físicamente a los monarcas.

El cetro
La colección del Patrimonio Nacional custodia también una maza de gala, especie de bastón de mando, formada por tres cañones de plata sobredorada, recubiertos con una filigrana, también de plata, que conserva restos de esmaltes verdes azul con motivos vegetales. Los cañones están separados y rematados por cuatro anillos de granates de talla rectangular, rematándose el conjunto por una bola de cristal de roca, tallada a rombos y perforada. La pieza mide 680 milímetros.

Las apariciones de la maza, convertida por el uso en cetro real de España, son paralelas a las de la corona funeraria de plata. Consta su presencia en las juras regias desde 1843 hasta 1975. Ambos objetos están representados en diferentes retratos regios, destacando los de Isabel II. No obstante, son innumerables los ejemplos de retratos de todos los reinados en los que se representan a diferentes reyes y reinas con coronas ficticias.

Información obtenida del libro "Las joyas de las reinas de España. La desconocida historia de las alhajas reales" editado por Planeta y cuyos autores son Fernando Rayón y José Luis Sampedro