Surgen siempre en el momento más inoportuno y todas -o casi todas- los hemos padecido alguna vez. Seguro que cuando leas estos dos pequeños problemas que pueden surgir a la hora de maquillarte, te sientes identificada. Por eso, vamos a intentar darte dos buenas y sencillas soluciones para estos inoportunos imprevistos cosméticos.
‘¡Horror! Se me ha manchado la ropa de maquillaje...’
Tu camisa blanca preferida manchada de maquillaje minutos antes de salir por la puerta... Los polvos de talco se convierten en situaciones como ésta en tu mejor aliado: aplícalos en la zona, dales cinco minutos para actuar y luego cepilla la zona con un cepillo de los de la ropa. Lo más probable es que consigas arreglar el problema.
'Voy casi sin tiempo, y el rímel ha manchado mi párpado’
Probablemente serías la primera mujer a la que nunca se le ha movido la máscara al aplicarla. Y, para variar, vas sin tiempo de desmaquillar y volver a empezar... La mejor solución es humedecer un bastoncillo con desmaquillante de ojos y aplicarlo suavemente en la zona manchada. Así eliminarás lo más problemático, y todo quedará perfecto usando después sombra de ojos.
