La coloración del cabello está de moda. Son muchas las personas que pasan por la peluquería para cambiar el tono de su cabello. Sin embargo, tiene sus inconvenientes: el tinte puede secar y dañar el cabello, razón por la que el pelo con color necesita cuidados extra. Más, cuanto más largo sea, ya que medios y puntas sufren el desgaste propio del paso del tiempo.
Lo más importante es evitar los agentes que lo agreden aún más: agua muy caliente, rulos de vapor, secador, tenacillas, planchas, exceso de sol… Medidas que hay que combinar con actuaciones protectoras tales como el uso de champús para pelo coloreado, no olvidarse nunca del acondicionador y aplicar una mascarilla hidratante al menos una vez por semana.
Así lo recomiendan los estilistas, que consideran que si se desea mantener la intensidad y el tono, se deben usar champús especiales, que cierran la cutícula del cabello y evitan que desaparezcan los pigmentos de color. Estos champús se usan cada dos o tres lavados y, además, ayudan a disimular la raíz cuando el cabello va creciendo.
Un buen truco es aplicar algo de mascarilla en medios y puntas al menos una hora antes del lavado, algo que puede repetir incluso durante toda la noche. También se puede aplicar un poco de aceite de oliva en las áreas más dañadas antes del lavado, que debe realizarse después de la forma habitual, pero siempre con agua tibia para eliminar los restos de grasa.
