Cuántas veces hemos escuchado “qué dolor de cuello”, o “tengo todos
los músculos agarrotados”, y es que las vértebras que soportan la cabeza y que están localizadas en el cuello suelen ser origen de molestias, dolores y alteraciones funcionales.
Los trabajos de oficina y del hogar suelen causar
tensión y dolor cervical.
El cuello es la región anatómica que une la cabeza
con el tronco y, por lo tanto, a través de él circulan los vasos sanguíneos
que riegan el cerebro y todas las estructuras de la
cabeza y la cara.
Los huesos que forman parte del cuello son las vértebras cervicales, un total
de siete, que articulan
todos los movimientos de
la cabeza. Estas se ven afectadas
con cierta frecuencia por artrosis
y generan en las personas que la
padecen síntomas como
dolor cervical y de cabeza, sensación de hormigueo y, aún peor,
vértigos y mareos.
Y es que los músculos del cuello acumulan tensiones con facilidad, ya
que su función principal es la de
mantener la cabeza erguida. Al
intervenir en casi todos los movimientos de la espalda y de la
columna vertebral, su buen estado y conveniente relajación son
indispensables para
mantener una buena salud y evitar la aparición de molestias localizadas en esta zona.
La actitud y la postura tienen
gran trascendencia en la aparición de patologías de las cervicales. Cualquier posición mantenida durante largo tiempo resulta
perjudicial para los músculos y las
vértebras del cuello; por ello,
debemos evitar permanecer en la
misma pose de manera prolongada e impedir que se acumule tensión en dichas zonas.
Hay que recordar que existen
trabajos y actividades que obligan
de forma permanente a forzar la
musculatura del cuello. Las actividades de oficina y demás
trabajos con ordenador, sin
olvidarnos aquellas que
desempeñan conductores
de vehículos y amas de
casa, son ocupaciones que
pueden dar lugar a dolor o
molestias en la región de
las vértebras cervicales.