Entrenar por la mañana es maravilloso, sí, como lo oyes, es maravilloso. Aquí te dejo unos motivos por los que deberías planteártelo.

• Es la única manera de saber a qué hora empiezas y no vas a depender de que tu jefa te pida que te quedes un ratito más.
• El la única manera de saber a qué hora vas a salir. Si dejas el entrenamiento para después del trabajo puedes encontrarte con que el gimnasio esté demasiado lleno y te toque esperar para las clases o las máquinas. Por la mañana no pasa.
• Porque después de un día de disgustos en la oficina, sí, hay que ir al gimnasio, pero reconozcamos que te apetece bastante más ir a casa o a tomar algo.
• Empezar el día con ejercicio te garantiza que vas a estar arriba de energía el resto del día, con un metabolismo mucho más activo y por tanto la sesión se aprovecha durante todo el día.
• Por la mañana el entrenamiento es más directo. Por la tarde es más fácil entretenerse con conversaciones, redes sociales, mails etc. Entrena por la mañana y aprovecha el 100% de tu tiempo.
• Las endorfinas te van a durar todo el día, lo que hará de ti una persona sonriente y activa, todo lo contrario que cuando te pasas el día pensando que después de trabajar te tienes que ir a entrenar, a ese gimnasio abarrotado de gente en el que no sabes si vas a encontrar una máquina libre.

Al tercer o cuarto día que venzas al despertador y consigas ir al gimnasio por la mañana, empezarás a entender que esa, y no otra, es la hora de las campeonas, cuando mejor se entrena. Además la gente que te vas a encontrar en tu gimnasio es la que va a hacer que te sientas en tu salsa, con gente como tú, que va entrenar, ducharse y a la oficina, no te encontrarás a ningún moscardón de gimnasio, te lo garantizo.