Si trabajas en casa, no necesitarás comer de tupper y tendrás más tiempo para cocinar y disfrutar de la comida. Aprovecha la situación para cuidarte y sentirte mejor con los consejos de las dietistas.

Mantén unos horarios fijos, en la medida de los posible, y establece tres o cuatro comidas. La primera de ellas, el desayuno, debe incluir hidratos de carbono complejos que te aporten energía, grasas saludables que te ayuden a mejorar la concentración y la memoria, y proteínas que te mantengan saciada. Además, incluye alimentos que, gracias a sus aminoácidos esenciales, mejoran el estado de ánimo. ¿Por ejemplo? Piña, plátano, aguacate, huevos o frutos secos.

Beber dos litros de agua e infusiones, comer alimentos con fibra y hacer algo de ejercicio son buenas medida para que tu tránsito intestinal se matenga regular, a pesar del sedentarismo.

Prepara platos caseros equilibrados y controlando la cantidad de grasas, algo muy complicado de hacer cuando compramos precocinados o comemos en restaurantes.

Como consejos final: separar el espacio en el que trabajas y aquel en el que comes, ya sea físicamente (haciéndolo en habitaciones diferentes) o mentalmente, recogiendo bien el escritorio y no trabajando en el momento de la comida.