Culpas a la mascarilla, pero tus granitos podrían deberse a estas 6 causas

Una rutina de limpieza poco eficiente o abusar de los tratamientos de cuidado podría ser lo que te separa de una piel libre de imperfecciones

Por Mariana Chacón

Es cierto que el uso de la mascarilla puede provocar que te salgan granitos y erupciones en la piel. De hecho, algunos expertos revelan que han recibido muchas consultas de pacientes que han notado este tipo de síntomas por tener gran parte del rostro tapado con este accesorio sanitario durante horas. Sin embargo, el motivo por el que hay que llevarlas siempre que salgas a la calle es de fuerza mayor y quizás te sorprendas al descubrir que hábitos mucho más cotidianos podrían ser otra causa por la que te salen más granitos que de costumbre. Como adelanto, encontrar la rutina de limpieza correcta, empezar a usar un succionador de poros, perderle el miedo a la hidratación o no abusar de las mascarillas faciales son algunas de las soluciones con las que deshacerte de las imperfecciones a partir de ahora. 

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1. La limpieza es lo primero

"El punto clave en todas las etapas es la higiene. Mediante el uso de limpiadores específicos para piel grasa, aplicados mañana y noche, vamos a conseguir mejorar el estado de la piel", explica Patricia Castro de Laboratorios Babé, un ritual que aconseja seguir dos veces al día y que es la base de un cutis libre de imperfecciones. Y al contrario de lo que muchas piensan, los cosméticos agresivos podrían ser los culpables de agravar el problema pues en estos casos la suavidad es clave: "Debemos elegir productos respetuosos con nuestra piel para favorecer el bienestar de nuestra función barrera, hay que evitar especialmente aquellos limpiadores demasiado agresivos o productos demasiado astringentes”. Las texturas refrescantes como el Limpiador Purificante Sydnet, de Babé Laboratorios, es su recomendación para las pieles con tendencia al exceso de sebo. 

2. No tengas miedo a la hidratación

Un error común entre las personas con granitos es que evitan las cremas hidratantes porque piensan que les saldrán más: "No es cierto que las pieles grasas o con acné no necesiten crema hidratante; de hecho, si no se realiza una correcta hidratación la piel interpreta que el cutis está seco y produce más grasa", aclaran desde la marca Bioniké. Es por esto que humectar el cutis resulta fundamental: "Una vez la limpiamos, es importantísimo recuperar el balance cutáneo, es decir, el equilibrio de nuestra piel. Para ello, debemos utilizar productos hidratantes también adaptados a este tipo de piel”, avisa Patricia Castro.  

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3. ¿Y si sufrieras acné cosmético?

"Comes sano, bebes agua y cuidas tu piel. Sin embargo, los molestos granitos siguen apareciendo aunque ya no estés en la adolescencia. Si este es tu caso, quizás podrías sufrir de acné cosmético sin saberlo", revela Natalia Olmo, creadora de la marca Maminat. Para descubrir el tipo de problema que tiene tu piel, lo primero que debes hacer es acudir a un dermatólogo y, si el motivo es el acné cosmético del que habla la especialista, la solución consiste en elegir tratamientos con fórmulas naturales como los de Maminat. El motivo es que "este tipo de acné está causado por ciertos componentes y sustancias químicas de productos cosméticos, que además de empeorar el acné habitual (de tipo hormonal), son capaces incluso de provocarlo. ¿La solución a esta infección? Apostar por elementos presentes en la naturaleza que no alteren el equilibrio natural de la piel". 

4. Mascarillas faciales, en su justa medida

Aunque cada vez que colocas una mascarilla facial nutritiva o hidratante piensas que le estás haciendo un gran favor a tu piel, cuando realizas el ritual más veces de las que indica el fabricante consigues el efecto contrario: "Un exceso de mascarillas nutritivas o hidratantes podría generar granitos si se utilizan más de dos veces por semana; las astringentes o purificantes podrían provocar deshidratación y dos veces por semana es el máximo permitido", avisan los expertos de Guerlain acerca de la sobreexposición. Así que, esos días en los que te apetezca regalarte un momento de tratamiento solo para ti, limítate a limpiar el cutis e hidratarlo. 

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5. Alíate con la dieta antiacné

Casi todos los problemas de la piel son reflejo de algún desequilibrio que ocurre de manera interna y la dieta es un factor fundamental a la hora de controlar los brotes. Alejarse de los platos ultraprocesados, los dulces o las grasas saturadas es el primer paso. Y como extra, los especialistas de Bioniké señalan al ingrediente que debes incluir en tus recetas para potenciar los resultados: "Algunos alimentos, como el tomate, son buenos para las pieles con acné, gracias a su acidez y al licopeno (un poderoso antioxidante que contiene) es un remedio seguro para ayudar en el tratamiento del acné". Y no solo el tomate: "se ha demostrado que una alimentación rica en verduras y frutas aporta vitamina A y C ayuda a tener una piel más sana y bonita”, asegura la Dra. Sabrina Kindem, dermatóloga de la clínica IVADE de Valencia. 

6. Descansa lo suficiente

Muchas dietas incluyen al descanso placentero entre las recomendaciones que deben seguirse para perder peso. Además de mantenerte en forma, regalarte las 8 horas de sueño reglamentarias también influye (y mucho) en la mejoría de las imperfecciones como explica la Dra. Sara Carrasco, directora de la clínica Dra. Sara Carrasco de Bilbao: "Sigue unas rutinas de sueño adecuadas. Los ritmos circadianos influyen en el acné, por lo que es importante regular las horas de sueño y descansar lo suficiente". Dos excusas inmejorables para irte a la cama más temprano a partir de ahora.