La dieta contra el síndrome postvacacional, ¿mito o realidad?

El secreto para afrontar con éxito la vuelta a la rutina podría estar en lo que comes

Por Mara Mariño

Ansiedad, malestar, cambios de humor o problemas en la concentración son solo algunos síntomas que se pueden experimentar como parte del síndrome postvacacional. Una serie de síntomas que, de manera inevitable, acompañan a muchas personas en su vuelta a la rutina después del verano y que pueden durar hasta varios días. Las recomendaciones que podemos aplicar para evitarlos son muy diversas, desde organizarnos con antelación o practicar deporte para liberar el estrés una vez comience de nuevo el trabajo. La comida también está incluida en este aspecto. Ya que ciertos alimentos tienen una conexión directa con la memoria, no resultaría del todo descabellado preparar alguno de los platos que más hemos disfrutado durante el periodo de descanso y así volver a conectar con el momento. Aunque no sería la única manera de conseguir superar el síndrome postvacacional dentro de la cocina, la dieta hace mucho más de lo que pensamos durante este periodo.

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La obsesión al volver a la rutina es la peor enemiga. Mario Sánchez, experto en Ciencia y Tecnología de los Alimentos y creador de Sefifood advierte sobre los peligros de que resulte una preocupación constante. "Lo más importante es recuperar nuestra alimentación habitual de forma saludable sin intentar compensar nada. Es habitual que en vacaciones descuidemos un poco nuestra alimentación, pero lo importante es gestionarlo de forma correcta y saber disfrutar de ella sin cargo de conciencia", afirma el experto. Aunque para quienes necesiten ayuda extra, el interior de la cocina puede actuar como solución ante un retorno que se haga más cuesta arriba de lo habitual.

Tener el sueño alterado es uno de los efectos que antes notamos después de las vacaciones, ya que solemos acostarnos y levantarnos más tarde. Se empieza ordenando de nuevo la rutina alimentaria. "Lo ideal sería consumir el 60% de los alimentos antes de las 17 horas e ingerir el 40% restante antes de las 21 horas", declaró Josep Antoni Tur Marí, catedrático del Área de Fisiología de la Universidad de las Islas Baleares y CIBEROBN (Instituto de Salud Carlos III) y experto de InfoAlimenta hace unos meses. Otra opción para solucionar los posibles problemas que tengamos al ir a dormir es la del Dr. Eduardo Junco, consumir productos que ayuden al descanso, lo que se traduce en alimentos que favorecen la síntesis de la melatonina como huevos, bacalao, plátano, marisco, aves, piña, brócoli, aguacate, cereza, tomate, frutos secos...

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También en la cocina están los alimentos que nos ayudan a luchar contra los agobios propios del trabajo. "La vitamina C reduce la ansiedad al combatir el estrés oxidativo y la acción del cortisol (hormona que se libera como respuesta al estrés), por lo que es fundamental para la vuelta a la rutina", afirman desde Nutritienda. Y no solo la naranja, también las fresas, la papaya o el kiwi también brindan un alto contenido de esta vitamina. "Las vitaminas del grupo B que regulan la sensación de cansancio como carnes, pescados o huevos", señala Débora Torrente, dietista-nutricionista en Unodeocho. 

"Las verduras de hojas verdes, legumbres o cereales integrales ayudan a reducir el cansancio y la fatiga", alimentos altos en magnesio que, según la empresa de salud, tampoco pueden faltar. A lo que la experta en nutrición añade otros productos que ayudan sentirse bien. "Este mineral se encarga de controlar el azúcar en sangre, regula el estrés y mejora los niveles de serotonina (la hormona de la felicidad). Frutos secos, semillas, cacao o chocolate negro por encima del 85%", son algunos de los que destaca.

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Recuperar el hábito de beber agua es otro de los retos que tendremos que afrontar con la vuelta. Los destinos soleados en los que la sed surge de manera natural, y la ingesta de líquidos es constante, quedan lejos de la oficina, por lo que conviene recordar que hay que mantenerse bien hidratada durante las horas de trabajo. Así mismo, dentro de la 'dieta postvacacional' tienen poca cabida la cafeína. "Puede ser contraproducente si buscamos un equilibrio después de las vacaciones", afirma la dietista Débora. "El consumo de café motiva la respuesta al estrés, hecho que puede acrecentar nuestra sensación de nerviosismo, ansiedad y falta de descanso". 

Tampoco son recomendables los productos ultraprocesados -que cada vez más expertos desaconsejan-. "Generan a corto plazo una respuesta alta en sangre de dopamina y serotonina promoviendo la activación de nuestro centro de recompensa con una sensación placentera. No obstante, su alto contenido en azúcares, grasas de mala calidad y potenciadores del sabor nos hace dependientes y generan mucho estrés en nuestro cuerpo", dice la nutricionista. "Debemos intentar alimentarnos sin mezclar la comida con las emociones. De lo contrario, este tipo de conductas pueden derivar en un trastorno de la conducta alimentaria", recuerda Mario Sánchez. Y es que como señala Débora Torrente: "Comer relajados, respirando y paladeando los alimentos conectando con el placer de comer, promueve un buen estado del aparato digestivo, que, en óptimas condiciones, absorbe todo aquello que le proporcionamos a través de la comida".