No aclararte bien el pelo y otras 5 costumbres que dañan tu piel sin que lo sepas

Todo suma, y cambiando algunos sencillos hábitos de tu día a día puedes conseguir mejorar la belleza de tu piel

Por hola.com

Tu día a día está lleno de pequeños gestos que, aunque no te lo hayas planteado nunca, pueden estar haciendo un flaco favor a tu piel. Sí, más allá de los básicos que seguro que conoces (desmaquillarte cada noche, limpiar tu piel, dejar de fumar...), hay otra serie de hábitos de tu día a día que pueden estar perjudicando la salud de tu piel sin que lo sepas. Todo suma, y cambiando algunos de ellos, puedes mejorar la belleza de tu piel, así que hemos recopilado algunos de ellos para que los evites, en la medida de lo posible.

No aclarar el acondicionador de tu pelo
Los granitos de tu escote y de tu espalda -el temido bacné al que se enfrentan muchas mujeres- pueden estar relacionados con la forma en la que lavas tu cabello. Sí, no nos hemos vuelto locos. ¿Aplicas tu acondicionador después de lavar el pelo y lo dejas actuar mientras lavas el resto del cuerpo, antes de aclararlo? He ahí el error. Puedes estar perjudicando a tu piel, pues los residuos de dicho producto capilar se pegan a tu piel y obstruyen el poro, e incluso pueden irritar la piel, lo que facilita la aparición de los granitos. Así lo explica la dermatóloga de Kendall Jenner, Christie Kidd. Por eso, conviene aclarar después de usar el acondicionador y recoger el pelo en el caso de que vayas a terminar tu ducha. Y es que el acondicionador es mal amigo de tu espalda, por lo que además debes lavarla al final de la ducha, dándole un último aclarado. Evitaremos así que los aceites de este producto capilar acaben obstruyendo nuestros poros, el punto de partida de un brote de acné. 

Tocarte demasiado la cara
Es un gesto que, tal y como nos explica Natalia Zawierta, dermatóloga en Clínica Dermatológica Internacional, haces casi sin darte cuenta, pero seguro que tocas tu rostro con más frecuencia de la que te crees. Y las manos son grandes portadoras de bacterias, culpables en gran medida de de los brotes de acné. Por eso, como no puedes estar todo el día lavando tus manos, lo que debes intentar es no tocarte demasiado el rostro, ni siquiera apoyando tu cara sobre ellas... es difícil, pero al menos ¡inténtalo!

Consumir muchos productos con azúcar
Un exceso de este dulce ingrediente no le va bien a tu piel. La doctora Zawierta nos explica que "el azúcar está estrictamente relacionado con el envejecimiento, es la causa de la glicación (endurecimiento) de las fibras de colágeno y elastina, por lo que contribuye a la aparición de una piel más flácida y además puede causar inflamaciones con lesiones acneicas".

No lavar bien tus brochas de maquillaje
Son uno de los accesorios básicos a la hora de maquillarte y están en contacto directo con tu piel. Por eso, aunque tal vez sea una costumbre que no sueles seguir al pie de la letra, es fundamental limpiarlas a conciencia, para eliminar la suciedad y los posibles gérmenes y bacterias que se acumulan en ellas, y que pueden incrementar problemas como el acné. Por eso, hay que limpiarlas después de cada uso con agua y jabón neutro o con un producto especial para limpiar brochas. "Tengo brochas desde años muchos años y las cuido muchísimo, suelo limpiarlas después de cada uso. A mí me gusta limpiarlas con una mezcla de jabón neutro y unas gotas de agua oxigenada que desinfecta y deja las brochas blancas e impolutas. También existen productos específicos como limpiadores de brochas en spray que te las desinfecta en el momento", nos cuenta la maquilladora Eva Escolano.

Por su parte, Myriam Yébenes, directora del Instituto de belleza Maribel Yébenes, va más allá y extiende esta recomendación a todos los utensilios de bellza. "Rodillos de jade para masajear el rostro, pinceles y brochas de maquillaje, cepillos, peines, espátulas para cremas… Son muchos los utensilios que utilizamos a diario en nuestra rutina de belleza para aplicarnos determinados productos de cosmética y evitar el contacto con las manos. Puede parecer algo muy lógico, pero esos utensilios deben ser limpiados al menos una vez al mes ya que pueden causar infecciones en nuestra piel, pelo o cuello cabelludo. Actualmente, en el mercado podemos encontrar infinidad de productos que no solo limpian en profundidad sino también desinfectan brochas o pinceles, ¡en tiempo récord! En el caso de espátulas o masajeadores podemos hacerlo con agua y jabón y de los peines y cepillos, si los sumergimos en agua con un poco de lejía o líquido desinfectante durante una 1 hora será suficiente para limpiarlos y dejarlos como nuevos", nos cuenta.

Descuidar la frecuencia con la que lavas tu almohada
Tu piel puede verse perjudicada… por tu ropa de cama. Sí, como lo lees. En concreto, tu tez puede verse afectada si no cambias las fundas de tu almohada con frecuencia. Si lo piensas por un momento, en ella se depositan restos de maquillaje, bacterias, la grasa de la propia piel… por eso, es importante mantener una buena higiene para que nuestra piel no se vea afectada, y no aparezcan irritaciones o brotes de acné. El motivo, según explican los dermatólogos, es que esas bacterias que quedan en la cama se adhieren a la piel, provocando la obstrucción de los poros. ¿Qué frecuencia sería la adecuada para asegurarnos de que las bacterias que se quedan en la cama no afectan a nuestra piel? En general, una semana es el tiempo máximo recomendable. Además, las bacterias también se acumulan en las toallas, por lo que también conviene cambiarlas con frecuencia y la doctora Zawierta añade evitar "secar la piel del rostro con una toalla que utilicemos para el cuerpo". 

Ignorar la fecha de caducidad de tus cosméticos
Sí, los cosméticos caducan. Y, al hacerlo, sus propiedades se ven alteradas e incluso si los seguimos utilizando pueden acabar provocando reacciones o posibles alergias en nuestra piel. Por eso, has de tener muy en cuenta el botecito abierto que se incluye en tus productos, donde se indica en un número el tiempo que se encuentra en condiciones óptimas desde que lo abres.