Cuidados bajo el sol: cómo proteger tu piel si tienes manchas

Léntigos solares, melasma, epidérmicas... Las manchas son de muchos tipos y los expertos coinciden en que la mejor manera de combatirlas es evitarlas. Te contamos cómo

Por María Víllora

Nos quitamos la ropa para ponernos al sol y vemos con sorpresa que tenemos nuevas manchas en la piel. Y es que nos cuesta creernos que estas son una de las consecuencias de las largas exposiciones al sol y que la piel memoriza cada rayo, bueno y malo, que tarde o temprano lo manifiesta. 

Chequeo anual

La Dra. Adriana Ribé, médico dermatopatóloga y Directora de Ribe Clinic, afirma que “realizar un diagnóstico de la piel después del verano es imprescindible para estudiar tanto las  nuevas manchas aparecidas como el cambio de forma u oscurecimiento de las que ya se tenían”. Según nos cuenta la doctora, en edades jóvenes las manchas son más frecuentes en mujeres, pero a medida que envejecemos, también aparecen en hombres de igual forma. De modo que nadie está a salvo de esta carga. En conclusión, el mejor momento del año para realizarse algún tipo de tratamiento despigmentante es el otoño, sobre todo si se opta por el láser.

¿De cuántas formas se manifiestan?

Las manchas cutáneas son alteraciones de la pigmentación originadas por la acumulación excesiva de melanina y salen al exterior en forma de léntigos solares, melasmas y manchas superficiales. Viene a ser algo así como una defensa natural de nuestra piel frente al sol.

- Los léntigos solares, también conocidos como manchas de la edad, son aquellas manchas que aparecen en zonas expuestas al sol y tienen una forma redonda de márgenes irregulares. Su origen está en relación con la edad o con el exceso de exposición al sol. La Dra. Adriana Ribé utiliza en estos casos el Láser Picoway para eliminar en tan solo una sesión. "La luz del láser que se emite en picosegundos destruye aquellas células con un exceso de pigmento sin dañar el tejido circundante" nos explica la Dra. Ribé, "y así se eliminan por completo".

- El melasma se produce por un aumento de la concentración de melanina en la piel. "Es aquella mancha de origen hormonal que tiene una forma irregular y bordes difusos. Suele aparecer en el labio, la frente o las mejillas y empeora en verano con la exposición al sol" nos explica la Dra. Adriana Ribé. Siempre empeora con la exposición solar y el láser, a pesar de ser muy útil en otro tipo de lesiones pigmentarias, ha fracasado en el tratamiento del melasma.

Frente al melasma, los objetivos en el tratamiento son dos:

1.- Despigmentar o aclarar la piel con una exfoliación: la inducción de la renovación de las capas epidérmicas cargadas de pigmento permite el aclaramiento del melasma. EL peeling químico es una buena opción

2- Evitar la síntesis de melanina. Las radiaciones ultravioletas (UV) son el principal estímulo de la síntesis de melanina en la piel. Por este motivo, para evitar la aparición de melasma, la Dra. Magdalena de Troya, dermatóloga del Hospital Costa del Sol, destaca que "es crucial proteger cuidadosamente la piel del rostro con un fotoprotector de amplio espectro (UVA, UVB e infrarrojos y un FPS 50+) durante todo el año". Existen en el mercado diferentes presentaciones, algunas de ellas muy cómodas para su uso diario (cremas coloreadas, maquillaje compacto y polvos sueltos). 

Ponte en guardia

La manera en que utilizamos los fotoprotectores es decisiva a la hora de tomar el sol con cabeza. Adela Rodríguez, fundadora de la empresa Sileä Cosméticos, afirma que "debemos aplicar el protector solar al menos treinta minutos antes, en una cantidad generosa y siempre sobre la piel seca y limpia. Además, es importante que no haya restos de perfume o desodorantes sobre la misma, ya que pueden causarnos manchas".

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Una dieta rica en frutas y verduras (zanahorias, calabaza, papaya, mango, tomates),  puede ser nuestra gran aliada a la hora de conseguir un buen bronceado. Estos alimentos son ricos en betacarotenos, anti-oxidantes y ácidos grasos que nos ayudan a potenciar la pigmentación, activar nuestra melanina y nutrir la piel.

Los primeros baños de sol deben ser progresivos y realizarse a horas en las que la radiación sea moderada, es decir, a primera hora de la mañana y a última hora de la tarde, de esta forma se evitan las quemaduras solares.

El Dr. Jaime Tufet, miembro de la SEME y Director de la Clínica Tufet, aconseja extremar las medidas de precaución con la ingesta de algunos medicamentos, como ciertos antibióticos que pueden pigmentar la piel.

Por último, tras la exposición solar, hay que nutrir y calmar la piel, mediante cremas regeneradoras, nutritivas, mascarillas de factores de crecimiento epidérmico o de vitaminas.