Di adiós a los puntos negros

Toma nota de nuestros consejos si quieres evitar este antiestético problema

Por hola.com

Son, no hay duda, uno de los problemas más antiestéticos y molestos que hay. Y, además, pueden aparecer hasta en la piel más sana y bonita de forma ocasional.

¿A quiénes afectan?
Los puntos negros, además, no son sólo un problema de adolescentes, sino que también los padecen algunos rostros maduros. Y, además, las pieles grasas los sufren aún en mayor medida.

¿Por qué aparecen? 
No se trata de acné, sino que se deben a una producción excesiva de sebo que sale de los poros, pero que, al no ser retirado, queda cubierto por células nuevas de piel, quedando atrapado en su interior. Allí se oxida y adquiere ese característico color negro.

¿Se puede evitar que aparezcan?
Lo mejor para evitar que sigan apareciendo es limpiarse la cara dos veces al día, evitar los productos grasos de todo tipo, cuidar que ni el pelo ni las manos rocen la cara (aportan más grasa aún) e intentar que ese sebo no se llegue a acumular de nuevo. Además, conviene usar un producto exfoliante sobre la zona afectada con regularidad para prevenir su aparición.

Y si ya están ahí, ¿qué podemos hacer?
No es fácil acabar con los puntos negros: para conseguirlo, se ha de ser constante. Impedir la acumulación de sebo es la mejor forma de poner freno a los puntos negros antes de que aparezcan. Si eres constante, poco a poco verás cómo se hacen menos notorios. Además, es fundamental ser insistente y convertir el cuidado de esta zona en una rutina habitual, pues es la única manera de acabar con esos puntos. Y no los toques demasiado con las manos, pues puedes agravar el problema.
Esto se consigue usando siempre un producto limpiador y exfoliante en las áreas más propensas, que se puede completar con el uso de tónico exfoliante. Y no hay que olvidar que existen tratamientos complementarios. Por ejemplo, una o dos veces por semana, puedes recurrir a una mascarilla purificante que contenga ingredientes como el carbón activado, la arcilla o el caolín, que ayudan a desincrustar ese sebo.
Por último, muy eficaces y cómodas de usar son las tiras limpiadoras. Éstas contienen una sustancia que, al contacto con el agua, se “pega” al sebo de los poros y se lo lleva consigo. Estos strips no deben usarse más de dos o tres veces por semana, y nunca sobre la piel irritada, como puede ser por efecto del sol.

¿Y las zonas sensibles?
La exfoliación podría resultar algo agresiva para áreas más sensibles del rostro, como las mejillas, por lo que conviene limitarlo allí donde se tengan puntos negros. Quienes tengan la piel grasa pueden renunciar al uso de cremas en estas zonas, pues a menudo las fórmulas demasiado untuosas pueden contribuir a taponar los poros.

Recurrir a un profesional
Si son muy notorias y llevan mucho tiempo, se impone una limpieza facial a fondo, realizada por un profesional médico o estético que pueda purificar esas zonas afectadas, sin irritarlas, y recomendarte el tratamiento más adecuado. Es posible que necesites varias sesiones o un tratamiento de varios meses pero, sin duda, el resultado valdrá la pena.
Si no pudieras hacerlo, puedes probar a hacerte una mascarilla de vapor para luego realizar una extracción de los puntos negros, ya que esto ayuda a ablandar la piel y así puede salir mejor el contenido de los mismos.