Descubre tres buenos aliados de tu piel

La hidratación, el sueño reparador y la tranquilidad te ayudan a lucir un cutis en plena forma

Por hola.com

Seguro que cada tipo de piel agradece más unos u otros mimos, pero lo cierto es que hay tres buenos aliados de la juventud de tu piel. ¿Los conoces?

El descanso. No hace falta explicarle a nadie los efectos adversos de la falta de sueño. Cansancio, mal aspecto, dificultad de concentración, falta de reflejos… ¿Sabías que, además, dormir mal envejece? El organismo necesita recuperarse del esfuerzo diario, y lo hace durante el sueño. Si le escatimamos tiempo de reposo, lo refleja, entre otras manifestaciones, con una aceleración del envejecimiento que no sólo se percibe a la mañana siguiente, sino también al cabo de los años. Está claro que no pasa nada por pasar alguna que otra noche corta, pero si, día tras día, le ganas horas a tu jornada a base de robárselas al descanso, puedes contar con varias arrugas de más en el futuro cercano.

La tranquilidad. Seguro que has notado que cuando estamos bajo tensión contraemos los rasgos: fruncimos el entrecejo, la boca se curva hacia abajo, entrecerramos los ojos... De por sí, eso ya basta para causar arrugas poco agradables, pero quizás desconozcas que el estrés también se traduce en una mala oxigenación de la piel, una mayor irritabilidad y una pérdida de tono que, cuando se hace crónica, sólo sirve para ponernos años. Recuerda que el estrés no viene causado por situaciones complejas, sino por nuestra respuesta ante las mismas. Por eso, cuando te veas desbordada por las circunstancias, date un respiro. Recuerda que no sólo estarás haciendo el bien a tu estado anímico, sino también a tu piel. Y es que la cara es el espejo del alma.

La hidratación. La piel es un órgano vivo y permeable. Cuando se encuentra en un ambiente seco, pierde humedad, lo que la deja más frágil y desprotegida. Las cremas hidratantes impiden que su agua se escape incorporando agentes que le aportan esa humedad y, además, creando una barrera protectora que, como un escudo, la aísla de ese medio ambiente agresivo. Esta es la razón de que una buena hidratante sea el mejor aliado de tu piel, puesto que la viste y cubre de la misma forma que la ropa le protege del frío, especialmente en climas muy secos o en cutis sensibles, que necesitan cuidados extra.