Las pieles oscuras también necesitan protección

Los cutis más oscuros soportan mejor la agresión solar,pero no son inmunes a sus ataques. Están mejor preparadas, pero no son invulnerables.

Por hola.com
  • Los fototipos III y IV son los más abundantes en España. El primero es el típico de la gente mediterránea más clara, caracterizado por ojos castaños, pelo rubio oscuro o castaño claro; y una piel que se quema moderadamente y se broncea gradualmente, como pudiera ser el caso de Cindy Crawford (por americana que sea...) o Leonor Watling. El fototipo IV corresponde a muchos mediterráneos de tez más oscura, con pelo y ojos castaños o negros, que no suelen quemarse y se broncean con rapidez. El prototipo podrían constituirlo personajes como Jennifer López o Inés Sastre, una típica belleza española. Los fototipos V y VI, menos frecuentes en España, corresponden a las personas de piel y cabello muy oscuros, como es el caso de las razas india y negra y mujeres como Imán o Naomi Campbell.
  • El sol deja su huella en las pieles oscuras. La protección natural que ofrece la melanina no significa tener patente de corso para exponerse al sol sin mesura. Los fototipos III y IV acusan la exposición solar en forma de manchas oscuras, flacidez, pérdida de firmeza cutánea, arrugas profundas y una textura más basta y rugosa. Eso sí, es menos propensa a cánceres cutáneos como el cáncer basal y el melanoma, pero no por ello se encuentra a salvo de otro tipo de tumores. Usar siempre un protector solar de índice 15 como mínimo, evitar las horas de máxima radiación, buscar la sombra y optar por un leve y suave bronceado son la mejor forma de prevenir las señales del paso del tiempo, son mucho más eficaces y baratos que cualquier crema ¡e infinitamente más sensatos que un lifting!
  • El color de la piel depende de su contenido y calidad de melanina, una sustancia verdaderamente prodigiosa. Nace en unas células especializadas llamadas melanocitos, que se encuentran en las capas más profundas de la epidermis, prácticamente pegadas a la dermis. Los melanocitos producen melanina, que distribuye y reparte por las células vecinas de la epidermis, que la captan y se "manchan" con ella. Esas células cutáneas ascienden gradualmente desde la dermis hasta la capa exterior o capa córnea, y en todo ese camino, nunca pierden la melanina ganada, incluso cuando son células muertas.
    Esta pigmentación tiene la única función de proteger la piel y el interior del organismo, ya que el color forma un escudo que absorbe y neutraliza los perjudiciales rayos ultravioleta. Sin embargo, no es igualmente eficaz para todos. Cuanto más oscura sea naturalmente la piel, y con mayor facilidad produzca melanina (por ejemplo, la piel negra no necesita ser estimulada por el sol para crearla, sino que surge de forma natural aún sin exposición), más protegida se encuentra. Para estimular los melanocitos de las pieles claras, los rayos UVB y UVA han de penetrar más profundamente en la epidermis, un trayecto en el que arrasan con todo lo que encuentran.
  • Cócteles de melanina: el secreto está en la mezcla. Existen dos tipos de melanina que se encuentran en mayor o menor concentración en cada persona. La feomelanina es, por simplificar un poco, la melanina de "peor calidad", presente en mayor concentración en las personas de piel y pelo claros. La eumelanina es bastante más eficaz en su trabajo, y es la más abundante en quienes tienen un color más oscuro.
  • ¿Por qué las personas tienen diferente color? No es casualidad que en las zonas más calientes y soleadas de la Tierra, los seres humanos posean una melanina eficaz y abundante, capaz de parapetarles del sol. En áreas donde el sol apenas asoma la cabeza, como en el norte de Europa, se desarrollaron fototipos mucho más claros, sin el escudo protector de la melanina, para que así el organismo pudiera sintetizar vitamina D en cuanto apareciera el más mínimo rayo de sol, incluso durante el largo y nublado invierno.
    Este ha sido un proceso muy, muy largo, una evolución natural que no cambia de un día para otro. De hecho, llevar la contraria a la naturaleza sale muy caro. En países de mucho sol donde existe una gran parte de población blanca que apenas lleva dos siglos allí instalada, como en el caso de Australia o Sudáfrica, los casos de cáncer de piel son preocupantes, tanto como para constituir una grave preocupación sanitaria.