Espalda: cuidando la retaguardia

Lo que no se ve, no existe. Ese parece el lema que rige los cuidados dedicados a la piel de la espalda. Pero la gran cantidad de glándulas sebáceas que posee, así como el hecho de estar tapada, puede provocar la aparición de granitos e impurezas.

Por hola.com

De vez en cuando, no está mal usar un cepillo de mango largo, una esponja de lufa o un exfoliante para liberar la piel de células muertas, especialmente como sistema de preparación del bronceado. Hace falta ser un poco contorsionista, pero vale la pena. Las pieles más secas necesitan hidratación incluso en esta zona tan difícil de alcanzar. Un truquito para aplicar crema es usar fórmulas en spray.
Otra opción excelente para mejorar el aspecto de la siempre olvidada piel de la espalda es acudir a un centro de estética para disfrutar de los muchos beneficios de un peeling o masaje exfoliante, que deja la piel tersa y muy suave.
Pero para lucir escote trasero con una espalda que no sólo se vea lisa, sino también con buen color, ¿porqué no combinarlo con un tratamiento autobronceador? En manos de una buena profesional, se asegura que el color quede distribuido de forma uniforme y sin manchas. Entre los sistemas más prácticos se encuentra el rapidísimo método InstanTan. Son cabinas verticales en las que se entra sin ropa para recibir, durante tan sólo seis segundos, una vaporización integral de autobronceador que cubre tanto cara como cuerpo. Se deja secar y ¡listo!