Recetas para un cuerpo más suave

A todas nos ha pasado lo mismo: llega la primavera, se acerca la época del traje de baño, y nos entra la prisa por volver a ponernos en forma en tiempo express, que, no por nada, rima con "estrés". Más fácil sería irse preparando poco a poco, ¿verdad?, y asegurarnos día a día de que vamos a mantener el cuerpo, cuando menos, suave.

Por hola.com
  • La piel tiene un escudo de defensa personal: Todo nuestro cuerpo está protegido por el llamado manto hidrolipídico de la piel, una capa invisible que la recubre, compuesta principalmente por la grasa natural y el sudor, que constituye su coraza natural frente al mundo.
    El pH de este manto es ligeramente ácido, una buena estrategia de defensa para rechazar a multitud de bacterias que podrían resultarnos perjudiciales, pero que combina mal con el pH alcalino del jabón. Al lavarnos, no nos llevamos sólo la suciedad, sino también parte de este manto, dejando la piel más vulnerable y frágil. Y aunque ella ya se encarga de reestablecerlo y volverse a proteger, esta tarea de restauración le lleva su tiempo y esfuerzo. Si volvemos a ducharnos y a enjabonarnos durante ese periodo de reconstrucción, estaremos golpeando las defensas de la piel constantemente, haciéndonos así más susceptibles a alergias, irritaciones o descamaciones.
  • Se puede ser demasiado limpia: Años ha, la gente no solía bañarse más que una vez por semana, lo que, si bien no era demasiado agradable desde el punto de vista olfativo, tenía muchas ventajas para la piel, que rara vez sufría problemas de sequedad o deshidratación. Pero claro, no se trata de volver a los tiempos de la pinza en la nariz y abogar por el boicot a la ducha diaria. ¡En absoluto!
    Procure que las duchas sean cortas, y con agua tibia, nunca demasiado caliente, ya que esto le roba aún más aceites naturales a la piel. Use siempre un jabón de pH ligeramente ácido, de los que a menudo se denominan tambien "neutros" por su afinidad con el pH natural de la piel. Si se ducha varias veces al día (por ejemplo, si acude al gimnasio a la hora del almuerzo), enjabone sólo las áreas donde sude más, limitándose a aclarar con agua el resto del cuerpo.
  • La brigada de rescate de la piel: Usted le puede echar una mano al manto hidrolípico y ayudarle a que vuelva a ponerse en pie con un producto que seguro que no falta en su casa: la crema corporal hidratante. No hay nada tan eficaz como este popular cosmético para asegurarse una piel suave.
    Es fácil sacarle el máximo partido. En primer lugar, úsela sobre la piel aún mojada, para así sellar el agua que la cubre e impedir su evaporación. Sea generosa, especialmente en las zonas del cuerpo más pobres en glándulas sebáceas y, por tanto, más secas: el escote, los brazos y las piernas. Si tiene la piel deshidratada o extremadamente seca, no descarte volver a aplicarse su hidratante corporal por la noche, antes de acostarse.
  • Cremas para todos los gustos: Le vamos a revelar un truco que supone una auténtica "mascarilla" de hidratación corporal: tras la ducha, y sobre la piel mojada, extienda un aceite corporal, haciéndolo penetrar mediante un ligero masaje. Déjelo actuar durante al menos diez minutos, y cuando sienta que ya ha penetrado, extienda por encima de esa capa una crema hidratante tradicional. Cuanto más untuosa, mejor. Sin duda, tardará un buen rato en poder vestirse sin manchar la ropa, pero si se puede permitir ese pequeño lujo de tiempo, verá como la piel le queda como la seda.
  • Codos y rodillas, un caso aparte: Carente casi por completo de glándulas sebáceas, y de un grosor mayor que la piel de otras partes del cuerpo, para así proteger las articulaciones, la piel de codos y rodillas resulta a menudo rugosa y hasta áspera. Para evitarlo, nada como exfoliarlos con regularidad y usar cremas con alfahidroxiácidos a diario. Un buen truco casero consiste en frotarlos con medio limón y después, dar un pequeño masaje con unas gotas de aceite de oliva. Una receta muy mediterránea para una piel más suave.