Las nuevas herramientas de peinado

Sí, dominar la técnica del tradicional brushing está muy bien, pero secadores, planchas y rizadores actuales lo ponen mucho, ¡mucho! más fácil.

Por hola.com
Planchas: liso extremo
Que quede claro: no hay instrumento más útil para conseguir un liso total y extremo en el cabello que la plancha. No sólo eso: dura mucho más tiempo dado que elimina toda la humedad del cabello, eliminando también la electricidad estática.
Pero... precaución, mucha precaución. Su uso constante deshidrata el pelo y lo fragiliza, más cuanto más dañado esté el cabello. Sin embargo, las planchas de antes - que, práctica y literalmente, abrasaban el pelo - han dado paso a una nueva generación mucho menos dañina para la fibra. La cerámica se ha impuesto casi por completo.

En palabras de María Baras del Toral, de Cheska, "son mucho más eficaces y suaves con el pelo". ¿El secreto? Reparten el calor de forma homogénea y alcanzan una temperatura controlada.
Las planchas se deben usar sólo sobre el pelo totalmente seco, tomando mechones pequeños y finos. No se deben dejar quietas sobre el cabello, sino hacer un movimiento de recorrido de la longitud del pelo suave y fluido. Conviene no pasar la plancha sobre la totalidad del cabello, sino por algunos mechones escogidos. A menudo, esto basta para reducir el encrespamiento y así se castiga menos el pelo.
El truco: Para crear las ondas más actuales, en vez de la tenacilla, ¡prueba con la plancha! Usando una fina, hay que hacer pequeños "quiebros" en la parte media del pelo, lo que crea un estilo abierto.

Tenacillas: ¡un mar de rizos!
Hace unos años, parecía que el pelo liso era la única opción. Afortunadamente, la moda cambió y el rizo encontró su lugar en tantas y tantas cabezas. Pero el rizo natural impecable no es fácil de encontrar: se encrespa, pierde fuerza. Es entonces cuando las tenacillas encuentran su espacio propio. Sobre el cabello liso, marcan ondas abiertas. En el rizado, marcan mejor los bucles y reducen el aspecto fosco. Y no faltan los kits con rizadores de distintas formas, especialmente indicados para las más jóvenes, a las que les encanta probar.
Es importante recordar que no han de usarse sobre todo el cabello, sino sólo sobre mechones seleccionados. Y usar siempre, siempre, una crema o producto térmico para proteger y aislar la fibra capilar.
El truco: Es difícil enrollar el propio pelo en las tenacillas tal y como hacen los peluqueros. Por eso, los expertos de Camille Albane recomiendan curvarlo por la parte exterior de la tenacilla. Es verdad que así se pierde calor y por tanto, potencia, pero es más sencillo.
Para unas ondas abiertas, hay que alternar la dirección de los mechones. Por ejemplo, primero se enrolla uno a la derecha, y el siguiente, al contrario.

Cepillo y secadores moldeadores: todo más fácil Son la solución ideal para aquellas que no acaban de pillarle el truco al clásico sistema de brushing: combinar peine y chorro de aire en un solo aparato lo pone todo mucho más fácil.
Los cepillos moldeadores tienen forma de tubo, y son idóneos para quienes tengan el pelo naturalmente liso y quieran sólo darle algo de forma, como algo de movimiento en las puntas o las capas delanteras más trabajadas.
Los secadores moldeadores son, ante todo alisadores: tienen placas de cerámica que van estirando el pelo a la vez que le da el chorro de aire, haciendo mucho más sencillo el alisado. Son perfectos para quienes tienen el pelo ondulado o con un rizo grande, no demasiado cerrado.
El truco: Nunca ha de comenzarse a moldear el cabello cuando está totalmente húmedo. Sólo toma forma cuando está casi seco (además, así se castiga menos). Al finalizar, un chorro de aire frío fija el peinado.

Productos de peinado: protección y ayuda ¡imprescindibles!
Cuando se usa mucho el calor para dar forma al pelo, hay productos que son casi imprescindibles. Es el caso, por ejemplo, de los protectores térmicos, que forman una capa entre el cabello y el calor y lo aíslan. En general, el uso constante de secador, planchas y demás requiere mimar al cabello muchísimo más: es el momento de convertir las mascarillas hidratantes y los tratamientos de reconstrucción en aliados permanentes.