Maquillaje: ¿has oído hablar del 'draping'?

Te enseñamos paso a paso esta sencilla técnica para esculpir el rostro

Por hola.com

No es una nueva técnica de maquillaje. El draping, en realidad, lleva instaurado varias décadas desde que el maquillador de celebrities Way Bandy comenzara a esculpir los rostros de sus clientas a golpe de blush con el fin de dotar de luminosidad y naturalidad a los rostros. 

Este método, similar al contouring, "tiene como objetivo resaltar y esculpir el rostro, dándole una apariencia de aspecto sano y glowy", afirma Míriam Blanco, de Maquillalia.com. Una de las diferencias con respecto al contouring, es que en vez de utilizar polvos bronceadores, aquí se requieren, únicamente, dos coloretes, uno claro y otro más oscuro. "Consiste en darle forma al  rostro aplicando el colorete más oscuro en la zona del pómulo, equilibrando la forma redonda de la cara, creando un efecto visual de rostro ovalado y definido. Después, se debe aplicar el colorete más claro arriba, para así suavizar las facciones y darle luminosidad a la cara", explica Blanco. Lo que se consigue aplicando los dos tonos opuestos de blush, añade Miguel Álvarez, maquillador oficial de Max Factor, "es un contraste que tiene como resultado un rostro saludable y luminoso.” 

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Paso a paso

El draping es bastante más sencillo que el contouring y no requiere tanta técnica ni tiempo. Es la técnica perfecta para las menos mañosas con la brocha. Tanto si queremos conseguir un acabado natural, como si deseas otro de mayor intensidad, hay que tener en cuenta que el color se construye de forma gradual aplicación tras aplicación. Si, además, quieres ir más allá, es importante que no nos olvidemos de contornear también el rostro, advierte el maquillador de Max Factor, "y para ello utilizaremos el tono más oscuro en la parte baja de la mandíbula y en los laterales del cuello, de esta manera conseguiremos una estructura marcada y definida”, nos explica Miguel Álvarez. Como paso final, el maquillador recomienda "aplicar unos ligeros toques del tono más suave de blush en la zona central de la frente. Con la ayuda de un brocha fina, aplica el producto dibujando la forma de las ramas de un árbol, de esta forma daremos amplitud y luminosidad al rostro.” 

Para esta técnica se pueden utilizar tanto los formatos en polvo como los de crema. Ambos pueden integrarse perfectamente en el rostro. La portavoz de Maquillalia aconseja, en el caso de los que son en polvo, "hacerlo con brochas de pelo suelto y para los coloretes en crema, mejor una esponja tipo beautyblender para integrarlo mejor en la piel".

En cuanto a tonos no hay normas. Aunque depende del efecto o de la piel que maquillemos podemos optar por un tono u otro. "En caso de una piel muy clara, los coloretes rosados y fríos serían perfectos. En el caso de una piel morena es más conveniente un tono tostado, melocotón o rojizo", aclara Miriam Blanco. Lo que sí hay que intentar es que sean tonos que coordinen entre ellos, por ejemplo, un rosa fuerte y otro más suave, o un bronceado junto a un melocotón.

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