El gran vacío que deja Laura Valenzuela en su única hija, Lara Dibildos, y sus dos nietos

La inolvidable presentadora ha fallecido en Madrid a los 92 años

Por hola.com

Fue en el año 2012 cuando Laura Valenzuela decidió abandonar la vida pública tras una larga e impecable trayectoria profesional en la televisión. La inolvidable presentadora ya no quería madrugar ni estar pendiente constantemente de su imagen, había llegado el momento de frenar, dedicarse tiempo a sí misma, a sus amigos, pero sobre todo a su única, hija, Lara Dibildos y a sus dos nietos, Francisco Murcia, fruto de la relación que mantuvo la actriz con el exjugador de baloncesto Fran Murcia, y Álvaro Muñoz, nacido de su noviazgo con Álvaro Muñoz Escassi. 

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Convertidas en uña y carne, tanto que resulta difícil imaginarlas por separado, Laura Valenzuela y su hija siempre han estado muy unidas y muchos más cuando ambas sufrieron uno de los golpes más duros de su vida, la muerte repentina del marido de la presentadora y padre de la actriz, José Luis Dibildos, a los 73 años. El conocido productor y guionista de cine sufrió un ataque al corazón mientras se encontraba trabajando y nada se pudo hacer por salvar su vida. 

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Madre e hija se convirtieron en un binomio indisoluble y mucho más durante los últimos años, cuando la veterana presentadora comenzó a sufrir los típicos achaques de la edad. Tanto ha sido así, que tras pasar sola el confinamiento en su casa de Madrid, Lara tomaba la decisión de trasladarse a casa de su madre junto a sus dos hijos, para estar aún más pendiente de ella, y evitarle así el peso de la soledad.  "Decidimos vivir todos juntos en su casa, y ella está feliz porque está con sus nietos. La convivencia con ella es fantástica. Además, no pago alquiler, así que estoy encantada" confesaba Lara al periodico El Español.

Sin embargo, estos últimos meses la casa ha estado un poco más triste y en silencio, al ingreso de Valenzuela en el madrileño hospital de La Princesa, se sumó la marcha de sus dos nietos a Estados Unidos. El mayor lleva desde muy joven estudiando al otro lado del Atlántico y encadenando diferentes becas de baloncesto mientras que el pequeño emprendió su particular aventura norteamericana tras lograr una beca de fútbol en un colegio del estado de Connecticut. 

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La retirada profesional de Valenzuela vino empujada en parte por la edad y el cansancio que conllevaba permanecer al pie del cañón y en parte por la llegada de sus nietos, por los que la eterna presentadora sentía devoción. “Estaba cansada de ir de evento en evento todos los días y decidió retirarse para cuidar de sus dos nietos y de mí. Dijo: "¡Se acabó! Quiero que me sigan recordando como Laurita Valenzuela, así que a partir de ahora me dedicaré a ser la “nonna” Laura". Gracias a ella, además, he podido dedicarme a mi pasión: el teatro” declaraba Lara a ¡HOLA! hace tan solo dos años. 

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La actriz también comentaba en aquel momento, que su madre apenas salía de casa y que eran sus familiares y amigos quienes se acercaban a verla a su domicilio. “Ahora apenas sale, así que lo que más le gusta es que vayamos a verla a casa, donde se entretiene haciendo crucigramas y escuchando las canciones de antes, como, por ejemplo, las de Sara Montiel” señalaba la actriz. 

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Ahora, esa casa, que fue su refugio, el que ni siquiera abandonaba para pasar unos días de descanso en la playa junto a su hija, se ha quedado completamente muda, pues ya no se escucha a Lara leerle a su madre los miles de mensaje de cariño que le llegaban en las redes sociales dedicados a su madre ni los boleros de Sarita, a la que Lara conoció personalmente y a la que admiraba.