El verano se avecina complicado para Ana Obregón, que ya ha llegado a Mallorca, su destino habitual en las vacaciones estivales. Allí intentará descansar y sobrellevar de la mejor manera su primer verano sin su hijo Álex Lequio, que falleció el pasado 13 de mayo después de tres años de lucha contra el cáncer. Su madre no ha llegado a la isla balear hasta celebrar un funeral en su honor el pasado 30 de junio, al que acudieron numerosos familiares y amigos para darle la despedida que se merecía y que tuvo que ser retrasada hasta que la situación sanitaria lo permitiera.
Ana Obregón y Alessandro Lequio, con la emoción a flor de piel en el funeral de su hijo
En las primeras fotografías de la presentadora en su destino de vacaciones, podemos verla protegida con una mascarilla y parapetada tras unas gafas de sol, mientras pasea con unas cómodas zapatillas y un vestido corto de tirantes muy adecuado para las altas temperaturas de julio en el Mediterráneo. Ana se refugia en la casa familiar en la que cada año desconectaba de la rutina junto a su familia. Aunque este año estará marcado, sin duda, por la ausencia de su hijo, cuenta con el apoyo constante e incondicional de Alessandro Lequio, sus hermanos y amigos dispuestos a no dejarla sola ni un momento.
Inicia así unos días de descanso, marcados por los recuerdos, ya que allí ha vivido inolvidables veranos con su hijo desde que nació hasta que sacaba un hueco en su apretada agenda cuando ya era adulto para pasar unos días con su madre. La actriz, que no ha dejado de homenajear a Álex desde su fallecimiento aseguraba en el último mensaje que le dedicaba que serguirá vivo en el corazón de sus seres queridos y por tanto también en todos los recuerdos compartidos. "Ayer no fue una despedida. Aless vivirá para siempre en el corazón mutilado de los que le queremos", escribía Ana después del funeral que celebraron en la parroquia de Nuestra Señora de la Moraleja.
Durante el emotivo servicio en su honor, su madre también le tuvo presente con detalles de su estilismo. Se colocó una mascarilla negra en la que destacaba un corazón rojo y una 'A' mayúscula del mismo color, en claro guiño hacia Álex. Por si eso fuera poco, Ana también quiso que su vestido estuviera dedicado al joven, así que plasmó su nombre en la parte delantera, al lado de un lazo negro. Esta despedida se celebró días después del que hubiese sido su 28 cumpleaños, una fecha que su madre tampoco quiso pasar por alto y rindió tributó a su hijo comprando una tarta con sus velas, de acuerdo con la tradición. "Hoy el cielo se iluminará con 28 velas inmensas como tu, y al soplarlas estoy segura de que escucharás el infinito aplauso de muchas personas que te quieren y otras que te admiran porque tus huellas han conseguido que todos seamos mejores personas", escribió Ana Obregón junto a la imagen del pastel.
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