Ana María Aldón, la superviviente que vuelve de Honduras con nombre propio

La mujer de José Ortega Cano ha demostrado en 'Supervivientes' una personalidad abrumadora

Por Gtresonline

Faltan días para conocer quién se proclamará vencedor de Supervivientes 2020, la edición con las condiciones más duras que se recuerdan en años y que tuvo a los concursantes más jóvenes. A sus 42 años, Ana María Aldón se convertía en una de las grandes sorpresas de la lista de aspirantes al maletín, ya que apenas esporádicas entrevistas rellenaban su experiencia televisiva. La mujer de José Ortega Cano se atrevió a la mayor aventura de su vida con valentía, incluso cuando su propio marido no estaba convencido de que participar, como confesó el diestro. Con el apoyo de Gloria Camila, su defensora de plató, armó la maleta y se fue dirección a Honduras para pasar el máximo número de días en los Cayos Cochinos. Tres meses después, la modista ha regresado a España como una de los finalistas del reality, en un salto al vacío que jamás olvidará. 

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Hablamos con José Ortega Cano horas antes de que su mujer, Ana María Aldón, dispute la final de 'Supervivientes'

Discreta durante los ocho años en los que ha mantenido una relación con Ortega Cano, con poco protagonismo en los momentos más mediáticos de su familia, Ana María Aldón llegó a la isla con ganas de contar su propia historia. Junto a la fauna local y unos compañeros con los que ha tenido sus más y sus menos a lo largo de tres meses de concurso, la diseñadora se reafirmó como una mujer divertida, orgullosa andaluza y amante del folklore flamenco. Siempre poniendo a su familia como lo primero, tanto a su marido, a su hijo pequeño José, y a su hija Gema, a la que tuvo con 18 años fruto de una relación anterior. No dudó en sacar su entereza a la hora de defender cualquier comentario que sembrará dudas en su matrimonio con el torero, como cuando José Antonio Avilés la cuestionó si alguna vez había cometido una infidelidad. "Pero tú eres tonto. Cómo se te ocurre hacerme esta pregunta de tan mal gusto. Soy madre y abuela y ya tengo una edad como para aguantar estas tonterías de un niñato", así de claro contestó al colaborador de televisión. 

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En el 2012, Ana María y José Ortega Cano se conocieron, enamorándose al poco tiempo. Solo tres meses después, la relación esperaba su primer hijo. Sin hacer caso a los comentarios que dudaban del noviazgo, la finalista de Supervivientes permaneció al lado del torero en sus momentos más oscuros. Se ganó a su familia, siempre con un respeto absoluto sobre la figura de Rocío Jurado. Una de sus grandes ilusiones al participar en el concurso era la de contar su propia historia, que el público viera cómo es ella realmente, algo que ha conseguido.

La polémica que acompañó su aventura

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Rocío Flores ha sido tanto su mejor noticia en la isla de Honduras como la mayor polémica. Las ganas de Ana María Aldón por labrarse un nombre propio en la aventura acabó por distanciarla de la joven, parte de su familia. La hija de Antonio David Flores ha declarado, incluso en un intenso cara a cara, que ella esperaba una unión más evidente y fuerte desde el principio. La modista ha tratado de explicarse en numerosas ocasiones, tratando de razonar que sentía que debía vivir ella sola algunos de los momentos de la isla.

Pero si algo ha caracterizado el paso de la diseñadora por Supervivientes es su evolución, que también afectó a su relación con Rocio. Ambas mujeres han acabado por ser uña y carne, disfrutando del último mes juntas. El concurso ha sido una catarsis para Ana María, incluyendo físicamente. La mujer de Ortega Cano ha perdido 9,7 kilos, dejando atrás su melena por un rapado a cambio de tres cocidos. La audiencia decidirá si este cambio es suficiente para llevarse el maletín.