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“Quiero dedicarle este reconocimiento a mi hijo, que me ha dado una lección de vida. Por su sonrisa, su fuerza y sus ganas de vivir. ¡Va por tí, Alessandro! ¡Viva la vida!”. Con estas sentidas palabras, Ana Obregón dedicaba el Premio Naranja, que le ha concedido la Peña Periodistica Primera Plana por su trato accesible y cercano con los medios de comunicación, a su hijo Alessandro, que lucha desde hace un año por superar un cáncer. Y, acto seguido, se derrumbaba y rompía a llorar mientras el resto de invitados a la gala celebrada en el hotel Eurostars Madrid Tower intentaban tranquilizarla con aplausos y palabras de consuelo. Minutos antes, Ana accedía a conversar con nosotros unos instantes.
Hola Ana, ¿qué te parece este premio?
Estoy encantada, muy feliz. Es de agradecer que la prensa me reconozca y me tenga cariño. El sentimiento es mutuo. Yo también la quiero y la respeto. Sobre todo, por cómo se han portado conmigo y mi familia este último año. Reconozco que, al principio, me enfadé un poco, porque nos hubiera gustado lleva todo el proceso en silencio, pero ahora sólo puedo tener palabras de agradecimiento. Los periodistas, en mi caso, también son merecedores del premio Naranja.
Decías que te ha llegado el premio en un momento muy especial, ¿por qué?
Porque cuando llegué de Nueva York, con Alessandro, me llamaron para decírmelo y me hizo muchísima ilusión. Fue una buena noticia después de todo lo vívido allí.
Ha sido un año muy duro, ¿te emocionas?
Sí, ha sido un año durísimo, voy a recoger un premio que es felicidad.
¿Cómo está tu hijo?
Todo está muy bien, vamos fenomenal.
Ahora se cumple justo un año desde que os fuisteis…
Justo, exactamente un año. Y bueno, pues la verdad que vamos dando gracias de que todo vaya bien. Todo esto se lo tengo que agradecer también a mi hijo por su actitud. Es un guerrero, un luchador.
Dieron un titular donde decías que “ya se terminó el calvario” con lo de tu hijo ¿cómo recibías esta noticia?
A ver, se terminó en el sentido de que gracias a Dios y a oncólogos, investigadores y tratamientos maravillosos todo va fenomenal. Me he sentido respaldada por mi familia, mis amigos y como he dicho la prensa española.
¿Sigue adelante con sus proyectos?
Él sigue trabajando, no ha dejado de hacerlo ni un día. Incluso cuando hacía quimio y radio al mismo tiempo, en Nueva York, no ha dejado de trabajar. Estoy orgullosa porque es un auténtico campeón. A sus veinticinco años, ha afrontado de una forma valerosa esta enfermedad tan dura y me ha dado una lección de vida . ¿Cómo no van a transmitir mis ojos felicidad?
Tiene nueva novia, ¿no?
Es que siempre me sacáis estos temas de los que no puedo hablar.
Como de tu hijo no vas a decir nada… cuéntanos, hace mucho que no te vemos con nadie, ¿y eso?
¿Tú crees que con todo lo que tengo encima estoy para pensar en eso? (ríe). No he tenido tiempo de estar con nadie, sinceramente. Es que ni se me ocurre, no me lo planteo. Llevo un año difícil, pero lo importante es estar positivo y seguir siempre hacía delante. El ejemplo que da mi hijo a muchas personas es escalofriante.
En cuánto al nivel laboral ¿no ibas a participar en MasterChef?
No voy a hablar nada porque desgraciadamente no se puede, no puedo decir nada. Tengo proyectos, pero no puedo citarlos. Empiezo a grabar dentro de un mes, es lo único que puedo decir. En el contrato tengo una confidencialidad.
¿Qué tal están tus padres?
Pues están bien y la verdad es que es otro tema que a mi me encanta. Era mi mayor preocupación cuando estaba fuera.
Esta semana se ha hecho público que Isabel Pantoja va a Supervivientes,¿tú participarías?
¿Y ahora me habláis de la Pantoja? (Ríe) Yo, no. Me lo han ofrecido, pero por dos razones no iría. Soy súper comilona y cada tres horas necesito comer y la segunda porque soy alérgica al pescado. Entonces ¿de qué iba a vivir yo allí?
Se acercan las elecciones ¿tienes tomada la decisión?
Fíjate, yo estoy entre los indecisos, ahora mismo. Te voy a decir que me convencerá el que ponga más dinero para investigación, porque la mayor enfermedad, que es el cáncer, lo necesita y en España es donde menos tiene.
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