Del videoclip de andar por casa al reconocimiento internacional: la historia de Bad Gyal

Es la abanderada nacional del dancehall por excelencia. A base de esfuerzo, trabajo y de creer en ella ha conseguido el reconocimiento internacional dentro del género urbano

Por Noemí Fernández

Apenas pasa de los veinte años, pero hace falta mucho más que eso para frenar a Alba Farelo, más conocida como Bad Gyal. Ha pasado de ser una chica corriente a ser una de las artistas españolas urbanas más internacionales con el estilo dancehall por bandera. De sus trabajos de teleoperadora o dependienta a ganarse la vida con patrocinios. Uñas larguísimas, chándal, estética urbana y pocos pelos en la lengua son sus ingredientes básicos y Rihanna su inspiración. ¿Qué tiene Bad Gyal que le hace tan adictiva? La respuesta bien podría ser que es muy auténtica y fiel a su estilo, aunque en sus inicios tuviera que sufrir el ser una incomprendida. Aquellos que nacieron antes de los noventa, probablemente apenas hayan escuchado nada sobre ella, pero la generación YouTube la tiene muy presente en sus playlists y sus más de tres millones de reproducciones en sus vídeos la han coronado como una de las princesas nacionales del estilo urbano. 

Los inicios de Bad Gyal

Lo que comenzó como una afición, grabando videoclips muy amateur con poco más que un teléfono móvil, fue su catapulta al éxito. La historia de Bad Gyal empezó en 2016 gracias al boom en redes sociales y YouTube de su tema Pai, una versión en catalán del bailadísimo Work de Rihanna. Tal fue la revolución en la red que el portal musical americano Pitchfork le dedicó un artículo en portada. ¡Eso sí que se llama empezar con buen pie! Fue el año de la revolución causada por su Slow Wine Mixtape, totalmente autoeditada, de la cual prácticamente todas las canciones fueron un éxito como Fiebre o Mercadona. Años más tarde, otra revista norteamericana musical otorgó a su tema Jacaranda el título de mejor canción publicada en 2017. Ese fue el año de su siguiente Mixtape: Worldwide Angel, la misma esencia pero con cierta madurez respecto al anterior. Candela es otra de las canciones más sonadas de este período artístico de Bad Gyal.
El éxito no abruma a esta joven cantante, que en múltiples entrevistas ha demostrado que sigue siendo la de siempre y manteniendo su esencia, hablando de la forma más natural sobre su vida cuando todos la conocían como “Alba”. 

 

Bad Gyal y el dancehall

Muchos la consideran erróneamente dentro del estilo trap, pero la artista tiene muy claro que su pasión es el dancehall. Este género jamaicano,subgénero del reggae, está fuertemente unido a la danza, campo que la catalana también domina. Es más, una de sus más recientes experiencias ha sido viajar a Jamaica de la mano de una famosa marca de bebidas energéticas para bailar dancehall con Blacka di Danca, considerado el mejor coreógrafo de este estilo y el responsable de videoclips de Rihanna, Major Lazer o Drake

VER GALERÍA

Feminismo en un mundo de hombres

El dancehall es considerado machista y homófobo por naturaleza del propio estilo. Pero esto está cambiando. El género está evolucionando y gran parte de la responsabilidad la tienen las mujeres que lo abanderan, como Bad Gyal. La artista afirma que es un mundo en el que a una chica le cuesta conseguir cualquier mérito el doble que a ellos. Ella está aprendiendo a “ser la jefa”, como dice con sus propias palabras.
Sus letras también son recogidas como ejemplo de empoderamiento femenino. Feminismo algo desvergonzado y sin tapujos. Defiende el papel tanto de la mujer que adora maquillarse y gustar a los demás, como a aquella que es totalmente opuesta. Ella lo tiene muy claro, como casi todo lo que concierne a su carrera musical.

Bad Gyal ha venido para quedarse y, si se va, lo hará porque ella quiera.