La vida de Zara Phillips es muy diferente a la de sus primos. En lugar de pasar su tiempo atendiendo compromisos oficiales, la nieta de la Reina es una excelente amazona que combina su profesión de jinete con su vida. Tan solo tres meses después de la llegada de su segunda hija, Lena, Zara ha vuelto trabajo, y lo ha hecho como imagen publicitaria, una práctica que se ha convertido en una fuente esencial de sus ingresos. Y es que, aunque Zara forma parte de la familia real, no posee ningún título, con lo que cuenta con la libertad de firmar tratos comerciales.
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Y es que las marcas ven en ella a una campeona mundial y medallista olímpica, casada con el exjugador de rugby Mike Tindall, madre de dos niñas, Mia, de cuatro años, y Lena, de tres meses, que lleva una vida normal y corriente.
Además, Zara ha conseguido ganarse el cariño de la gente con su espontaneidad y naturalidad. Hace tan solo unos meses, abría su corazón para confesar, que además de perder un bebé en 2016, también sufrió una perdida en 2017. "Ha sido un camino difícil, pero ahora que ya lo hemos recorrido espero que nos haya hecho más fuertes como familia", se sinceraba la nieta de Isabel II durante una entrevista concedida al programa BBC Breakfast.
