Con la mejor de las sonrisas y junto a su marido. María José Campanario llegaba a Sevilla con Jesulín de Ubrique, que aún lleva la mano vendada tras la reciente operación a la que fue sometido tras un percance en la plaza. La odontóloga está muy recupera después de unos meses complicados por su enfermedad, la fibromialgia, lo que queda de manifiesto en estas fotografías -vestía ropa informal, un mono corto en tono marrón, y llevaba el pelo suelto-. Fue precisamente en la capital hispalense donde reapareció, no se la veía desde el mes de agosto, para mostrar su apoyo y poner su granito de arena a una causa que le toca muy de cerca: la lucha contra la dolencia que padece desde hace 13 años. Presentó la primera gala benéfica por la fibromialgia, que se celebra el próximo 11 de octubre en el Teatro de Triana.
Hizo un llamamiento para mejorar la calidad de vida de quienes padecen esta enfermedad. “Los que padecemos esta enfermedad tenemos más días malos que buenos, es una lástima. Ya va siendo hora de que las administraciones y la sanidad nos planteen alguna solución a nivel multidisciplinar. Los enfermos de fibromialgia no estáis locos, el dolor que se padece es real, aunque no se ve” declaró. Con este gesto, la odontóloga mostró su implicación en el apoyo a la creación de una asociación española contra la fibromialgia.
María José y Jesulín se apoyan el uno al otro cuando lo necesitan y siguen tan unidos como siempre, como manifiestan en muchas ocasiones. El pasado mes de agosto, María José acudió a Cuenca para arropar a Jesulín en su vuelta a los ruedos, un regreso en el que se han cancelado varias citas debido a la lesión en su mano. “Siempre he estado enamorado de mi mujer. No tengo que demostrar nada a nadie. Para que tire la toalla, me tienen que tumbar” dijo el diestro este verano. Contó además que, tras 16 años de matrimonio, tienen pensado renovar sus votos aunque lo harán cuando puedan.
