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Con un vestido palabra de honor, silueta sirena y en uno de los colores más llamativos de la gama cromática, el rojo. Irina Shayk volvía a convertirse en el centro de todas las miradas en la última alfombra roja a la que honraba con su grata y estilosa presencia. La modelo rusa acudía a la tercera edición de la Gala Anual Unitas Contra el Tráfico de Personas, celebrada en Nueva York.
Para la ocasión, la novia de Bradley Cooper escogió un espectacular vestido rojo palabra de honor, con detalle de capa fruncida en la espalda, que combinó con clutch y zapatos a tono. Un potente estilismo que contrarresto con su beauty look. El maquillaje en tonos nude y un sencillo peinado de coleta baja no consiguió restar, sin embargo, ni un ápice de sofisticación a su outfit de gala.
Sin embargo, Irina no fue la única que escogió el golpe de efecto de convertirse en una 'mujer de rojo' para esta cita. Su compañera de profesión Natasha Poly hacía su aparición minutos después con un look casi exacto al de Shayk. Con un diseño rojo, escote palabra de honor y silueta slim, Natasha se encontraba frente a frente con Irina protagonizando la anécdota de la noche.
Los medios gráficos presentes en el curioso instante no se perdieron ni un detalle del momento e inmortalizaron el insólito paso a paso entre dos mujeres que coincidieron a la hora de escoger su look. Lejos de intentar pasar desapercibidas, Irina y Natasha se sorprendían ante la coincidencia de estilo y, después de saludarse y señalar sus respectivos vestidos, tomaban una diplomática decisión.
Las dos ‘mujeres de rojo’ asistentes al evento se ponían de acuerdo para protagonizar la que, sin duda, ha sido la foto más compartida del acto. Posando sonrientes con sus “casi idénticos looks”, ambas modelos añadían un extra de humor a una situación que no suele producirse muy a menudo en eventos de alfombra roja.
Una vez más, Irina ha vuelto a hacer gala de su espectacular figura solo seis meses después de dar a luz a su primer hijo. Una rápida recuperación que ha facilitado su regreso a las pasarelas, aunque en su reaparición con la firma Philipp Plein la top haya recurrido a algún que otro truco de estilo para disimular sus pequeñas imperfecciones.
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