Fue uno de los iconos de moda de los años 90 desde que eclipsara con el inolvidable diseño de Versace con imperdibles de oro durante el estreno de la película Cuatro bodas y un funeral, protagonizada por su entonces novio, Hugh Grant. Pero más de 20 años después, Liz Hurley sigue enamorando gracias a su impactante belleza. Las británica acaba de cumplir 52 años el pasado junio, pero parece que el tiempo no pasara por ella.
Poseedora de una genética privilegiada, la actriz y modelo conserva la impresionante silueta que la catapultó a la popularidad en la década de los 90. Ella misma se ha encargado de demostrarlo recientemente a través de las redes sociales. En su cuenta de Instagram podemos comprobar como Liz no tiene ningún reparo para presumir de cuerpo en bañador o bikini. No en vano, ejerce como maniquí de excepción para su propia firma de moda de baño, Elizabeth Hurley Beach, una exclusiva marca destinada, tal como ella apunta, a la jet set. Así, posó para un ‘selfie’ con uno de sus diseños en rojo con motivo de la celebración del Día Nacional del Bikini, hace cuatro días.
No obstante, y a pesar de gozar de una constitución delgada por naturaleza, el secreto de su privilegiada anatomía no es otro que la práctica del yoga. A la intérprete le gusta ejercitarse en esta disciplina siempre que tiene ocasión, aunque sea en el mismo jardín de su residencia, donde fue captada realizando una peculiar postura por un fotógrafo muy especial, su hijo Damian, de 15 años de edad, fruto de su relación con el productor cinematográfico Steve Bing.
Una alimentación sana y orgánica y mantenerse activa es, según ella misma explicó hace un tiempo al periódico Daily Mail, la clave de su éxito: “No hay atajo para estar delgado; tienes que vigilar lo que comes”, afirmó la estrella. “Yo me pongo bajo presión adicional porque todavía modelo mis propios bikinis, pero de vez en cuando me doy algún capricho en forma de caramelos de frutas o malvaviscos”, confesó además Liz al medio británico.
En la actualidad, la actriz triunfa en la pequeña pantalla gracias a su papel como la reina Helena Henstridge en la serie estadounidense The Royals, de la que se han rodado tres temporadas y ha sido renovada para una cuarta. Su argumento se centra en una familia real británica ficticia, que vive un mundo de opulencia y debe lidiar con los dramas comunes y atípicos de su propia estirpe mientras se encuentran en el ojo público.
