En cada una de sus ediciones, el festival de Eurovisión es sinónimo de polémica por uno u otro motivo. Este año, a la comentada elección del representante español Manel Navarro, se une otra noticia que está dando mucho que hablar a los seguidores del festival. Es bien sabido que algunos de los países que participan en el certamen tienen desencuentros políticos y también es habitual que trasladen estos a una ocasión como este certamen. Ya ha ocurrido y parece que de nuevo este año pasa algo semejante.
Ha sido la representante de Rusia quien ha acaparado estos días los titulares y es que, lo que en principio se anunció como un ejemplo de superación, el primero en la historia del festival, se quedará finalmente sin hueco en el concurso musical. Yulia Samoylova fue escogida por Rusia, una artista que debido a una discapacidad utiliza una silla de ruedas, elección que además este año casaba perfectamente con el lema del concurso "Celebrando la diversidad".
Tras conocerse la designación, el país anfitrión, Ucrania, anunció que, cumpliendo con su legislación, veta la entrada de la cantante en el país durante tres años dado que esta entró ilegalmente en Crimea en 2015 para dar un concierto. A pesar de que la organización del festival encontró una alternativa para que participara y le permite hacer la actuación a distancia, Ucrania no da su brazo a torcer y se sigue negando a ello, argumentando que tampoco permiten a artistas vetados aparecer en televisión; además Rusia tampoco está satisfecha con este arreglo. La batalla a tres estaba servida.
La respuesta de Rusia ha sido contundente: apuestan por Julia y si este año no puede competir pues lo hará en la siguiente edición de Eurovisión (eso sí tendrían entonces que escoger otro tema). ¿Escogerán entonces a otro representante? Eso es lo que propone Ucrania, pero de momento el intercambio de acusaciones y reproches entre Rusia, Ucrania y la organización del certamen continúa y no se ha dado aún ninguna solución al problema. Incluso se ha insinuado que Rusia podría autoexcluirse del festival y dejar de participar este año, ¿lo hará así? ¿Llegarán a un entendimiento?
Mientras esta polémica se suma a las miles que acumula ya el certamen a lo largo de su historia, los países siguen confirmando a sus representantes. Y entonces aparecen las consabidas apuestas. Este año parece que el gran favorito tiene acento italiano, aunque queda mucho aún para saber quiénes se auparán al podium de los que más gustan. Manel Navarro, representante española, ha hecho ya alguna actuación con su tema Do it for your lover, ¿logrará ser él quien conquiste Europa? La respuesta, el próximo 13 de mayo.
