Mar Flores y Naty Abascal, en la boda de la hija del décimo hombre más rico de la República Dominicana

Francesca Rainieri, hija del creador de Punta Cana, contrajo matrimonio con el empresario Juan Caro

Por hola.com

Punta Cana ha celebrado una de las bodas de más renombre en la República Dominicana. Francesca, la hija de Frank Rainieri, el décimo hombre más rico de la isla, con un patrimonio según Forbes de unos 950 millones de euros, contrajo matrimonio con el empresario Juan Caro en una celebración por todo lo alto a la que asistieron cerca de mil invitados. Lo más granado de la alta sociedad dominicana y personalidades de un sinfín de países acudieron a este enlace celebrado en la residencia de los Rainieri, La Casa Grande de Corales, un destino paradisíaco a orillas del mar cuyos dueños crearon lo que hoy conocemos como Punta Cana. 

Mar Flores y Naty Abascal fueron dos de las invitadas a la boda del año en el país y la modelo dejó constancia de ellos en sus redes sociales compartiendo fotos de la boda de su mejor amiga, tal y como ella ha señalado en su cuenta de Instagram.

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La amistad de Mar Flores con los Ranieri viene de atrás. A raíz de su divorcio del empresario Javier Merino, Mar Flores huyó a la República Dominicana para poner tierra de por medio debido a la tormenta que había desatado su separación. La modelo se refugió en esta isla por cortesía de su gran amigo Frank Rainieri, creador de Punta Cana. La relación de Naty Abascal surgió a través del que fuera su gran amigo, el diseñador Oscar de la Renta, con quien Fran Rainieri promovió el desarrollo inmobiliario de Punta Cana, al igual que con Julio Iglesias, a quien consideran vecino y amigo.

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En otra de las fotos que compartió Mar Flores supimos de la presencia de Marina Castaño, que siguió el dress code y lució un vestido rojo o rosa como el resto de invitadas tal y como habían señalado los novios en la invitación. Ellas de rojo y ellos de blanco, una combinación que resultó muy vistosa en el 'mannequin challenge', un fenómeno viral que arrasa en todo el mundo y que consiste en grabar un vídeo con todos los protagonistas inmóviles, como en medio de una escena congelada, igual que maniquíes, en la que los participamtes quedaron quietos en la postura más dramática o divertida posible.