El pasado sábado París vibró con una de las grandes citas sociales del año, una nueva edición del Baile de Debutantes, conocido internacionalmente como Le Bal. Una tradición de origen británico que en la actualidad vive en su versión parisina su máximo esplendor. Una veintena de jóvenes llegaron el viernes desde todos los puntos del planeta a una cita, a la que solo se acceden mediante invitación, que tuvo lugar en el emblemático hotel The Península. Entre estas participantes, según ha podido saber HOLA.com, se esperaba la presencia de Cayetana Rivera Martínez de Irujo.
Finalmente, la única hija que tuvieron Francisco Rivera y Eugenia Martínez de Irujo, nieta de la fallecida Duquesa de Alba, no asistió a una velada que incluye cena, un baile que se abre con el tradicional vals y que lleva aparejadas varias labores filantrópicas.
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Cayetana –Tana la llaman cariñosamente los suyos- cumplió el pasado 16 de octubre los diecisiete años. Llevando la vida propia de una chica de su edad, hemos visto a Cayetana en los últimos años en momentos que hablan por sí solos. Derrochando complicidad junto a su madre en un concierto de Enrique Iglesias; en el papel de una orgullosa madrina llevando a su padre al altar en sus dos bodas con Lourdes Montes; llorando amargamente -a la vez que intentaba consolar a su madre- tras el fallecimiento de la Duquesa de Alba; emocionada en el enlace de su tío y padrino Cayetano Rivera con Eva González; encantada en su papel de hermana mayor, tras el nacimiento de Carmen Rivera Montes o sufriendo en la plaza cuando su padre torea.
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Cayetana hubiera coincidido en París con otras jóvenes cosmopolitas pertenecientes a distintas esferas del mundo de la realeza, la aristocracia, las artes, los negocios o los deportes. Una cita que volverá el próximo otoño y que ha ido evolucionando desde que fue creada en Inglaterra bajo el nombre de Baile de la Reina Charlotte, en el Palacio de Kensington.
