Todos los veranos desde que era una niña, Belen Esteban es una habitual de la playa de Benidorm. Este año, además de pasar unos días en uno de sus destinos estrella cada época estival, ha puesto rumbo al norte del país en compañía de su novio, Miguel Marcos. Se encuentra en Asturias donde su presencia ha revolucionado el Principado.
Mucha expectación, esto es lo que ha despertado la colaboradora de televisión, que en esta ocasión no ha viajado en compañía de su hija, Andrea. Los vecinos de la zona no pudieron más que verse sorprendidos al ver a la de Paracuellos del Jarama en tierras asturianas. Mientras tomaba un café y un pincho en Mieres, muchos quisieron inmortalizarla con su teléfono móvil. Asimismo, también causó un importante revuelo entre los clientes y el personal del hotel en el que se aloja. Según publica La Nueva España, Belén se mostró "agradable y "campechana" tanto con los otros clientes como con los miembros del hotel.
Belén Esteban está descansando en el hotel L'Aldea soñada, ubicada en L'Angliru. Un pequeño y tranquilo hospedaje rodeado de naturaleza y verdes colinas como se puede ver en algunas de las imágenes que ha compartido. En este alojamiento cuenta con una suite con jacuzzi y unas preciosas vistas a la montaña. Un sitio perfecto para relajarse de su trabajo en el programa Sálvame y desconectar de las largas jornadas en directo.
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La colaboradora está disfrutando al máximo de la "tranquilidad" de esta zona. Según publica el citado medio en este viaje a Asturias esta encontrando esa paz que no pudo disfrutar en Benidorm. No solo eso, además ha señalado que le habían "encantado" los pueblos que había visitado. La pareja -que lleva dos años de relación con una ruptura de por medio- también ha disfrutado de un refrescante chapuzón en aguas del cantábrico. Belén ha compartido unas imágenes en las que posa en la playa con un colorido bikini.
