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José Ortega Cano ha vuelto a vestirse de luces. La última vez fue en 2009 en la cacereña plaza de toros de Navalmoral de la Mata, y desde entonces ha atravesado una etapa personal complicada. El diestro regresó al coso en Benidorm y lo hizo por todo lo grande.
En el tendido, no podían faltar su inseparable mujer, Ana María Aldón, su hijo pequeño, José, y su hija, Gloria Camila, que quisieron acompañarle en esta reaparición en la que cortó cuatro orejas durante una tarde triunfal. Días antes de la corrida, Gloria Camila animaba a su padre y le mostraba todo su apoyo con diversas publicaciones en las redes sociales como la siguiente: “Fuerte y profundo… contigo siempre!”.
El torero, con un traje carmín y oro, recibió una gran ovación tras el paseíllo, y se mostró a muy buen nivel con el primer toro. La prensa taurina ha aplaudido esta última faena asegurando que durante la tarde no le pesó ni la edad ni los siete años fuera de los ruedos. Una vez finalizada la faena, el diestro sacó al coso a su pequeño y salió a hombros de la plaza de toros.
José Ortega Cano lidió toros de Núñez del Cuvillo y compartió cartel con Morante de la Puebla, que hizo también pleno, y José María Manzanares, que logró pasear cuatro orejas y un rabo. Al comienzo de la corrida se guardó un minuto de silencio en memoria del torero Víctor Barrio.
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El diestro ha vuelto a vestirse de luces un año después de que abandonara la prisión, en junio de 2015. José Ortega Cano ingresó en la cárcel zaragozana de Zuera en 2014 para cumplir una condena de dos años y seis meses por el accidente de tráfico en el que perdió la vida Carlos Parra. Un año antes, en abril de 2013, el diestro había conocido la sentencia por el accidente mortal en el que se vio involucrado el 28 de mayo de 2011 y en el que falleció un vecino de Castilblanco de los Arroyos, en el que presuntamente el torero conducía con un nivel de alcoholemia que triplicaba la cantidad permitida.
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