El pasado 9 de mayo, el hogar de Raquel del Rosario y Pedro Castro volvió a llenarse de luz con el nacimiento de su segundo hijo, al que le le han puesto el nombre de Mael. Desde el primero momento, la vocalista del grupo El Sueño de Morfeo se había imaginado cómo quería que fuera el parto, que al igual que con su primer hijo, Leo, quería que fuera en la traquilidad de su casa con la ayuda de una matrona. Ahora que ya han vivido sus primeras semanas en casa con el recién nacido, la cantante ha querido compartir con todos cómo vivió ese día tan especial publicando un post de lo más entrañable en su blog de la revista ELLE, Planeta Particular.
"Todo estaba listo para su llegada desde dos semanas antes. Sus flores, sus velitas, sus cuarzos, su música, aceites esenciales de eucalipto y lavanda... La habitación se había convertido en una especie de santuario, logrando transmitir la paz y serenidad que deseaba para uno de los momentos más especiales de mi vida", comienza Raquel, y continua: "Estaba algo más nerviosa que en mi primer parto, en gran parte, porque esta vez ya conocía ese dolor que juré no volver a experimentar una vez tuve a Leo en brazos... Afortunadamente, a parte de estar perfectamente dotadas para soportarlo, lo estamos también para olvidarlo".
¿Cómo fueron esas primeras horas? "Chemin, mi partera, me había advertido sobre lo rápido que suelen llegar los segundos bebés, contándome anécdotas de todo tipo. Así que no dudé en llamarla en cuanto empecé a notar las primeras contracciones a eso de las 10 de la mañana. Llegaron y prepararon todas sus cosas en la habitación, tomaron mi temperatura, mi tensión y escuchamos el latido del bebé, algo que repitieron aproximadamente cada hora para asegurarse de que todo iba bien".
La cantante estuvo en todo momento acompañada por los suyos, además de su chico, también por su hermana Marta que fue la encargada de estar pendiente del pequeño Leo, quien, según en palabras de su mamá, ya tiene algunos celos de su hermano pequeño: "El mar lo cura todo, hasta los celitos", ha escrito en su perfil personal de las redes sociales junto a una foto en la que salen padre e hijo en la orilla del mar.
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"Pedro llenó la piscina mientras mi cuerpo seguía preparándose despacio... Intuí que sería una noche larga (...) Encendí las velas, el vaporizador con las esencias y me metí en el agua. Me concentré en mi, en mi respiración, me conecté con mi cuerpo y con en el bebé. Le hablé, recordándole que éramos un equipo y que todo iba a salir bien".
Y llegó el momento de que Mael viniera al mundo... Raquel lo narra de una manera muy bonita: "Entonces llegó ese grito, ese sonido que las matronas parecían conocer muy bien ya que entraron deprisa y cada una ocupó su lugar. En silencio, manteniendo un perfecto diálogo de gestos y miradas, sin darme ningún tipo de indicación, sin recordarme que yo quería un parto en el agua... Mientras me acariciaba la espalda, Pedro me susurró: “Respira, ya casi está aquí…” No me podía creer que en cuestión de minutos, 17 exactamente, tuviese a mi hijo sobre mi pecho. Lo apreté suavemente contra mi y le besé en la cabeza… 'Hola mi amor, bienvenido'".
"Después de que examinaran y pesaran a Mael, me di una ducha y devoré un plato de pasta. Eran casi las 3 de la madrugada y todos nos caíamos de sueño. Dediqué un rato a calmar y dormir a Leo que seguía correteando por la casa. Las chicas se despidieron y me metí en la cama colocando al bebé sobre mi pecho, miré a mi alrededor y observé por unos segundos a mi preciosa familia antes de cerrar los ojos. Gracias, gracias, gracias", concluye la cantante.
