Ha sido una de las reinas de la pasarela durante sus más de 20 años de carrera, además de ser considerada la modelo mejor pagada del mundo. Pero la vida de Gisele Bündchen no siempre ha sido un camino de rosas. Tal y como ha confesado, su infancia estuvo marcada por unas experiencias muy duras, una auténtica pesadilla para Gisele que, por suerte, supo mirar hacia adelante y convertirse en la gran modelo que conocemos a día de hoy.
Gisele ha revelado que, desde pequeña, sufrió acoso escolar debido a su físico, especialmente por su altura y constitución: "Antes de entrar en el negocio me hacían bullying por ser alta y delgada, siempre sobresalía entre las demás", cuenta en una entrevista con The New York Times Fashion & Style. "Me ponía roja siempre que jugaba al voleibol, roja como un pimiento. Pensaba que el bullying era parte de la vida”, añade.
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Sorprenden estas declaraciones por parte de quien es considerada una de las mujeres más bellas del mundo. Pero las críticas a su físico tampoco cesaron cuando dio el salto al mundo del modelaje. Más bien al contrario, sus comienzos fueron muy duros: "Al principio, ya sabes, todo el mundo me decía: 'Tus ojos son muy pequeños, tu nariz es muy grande, nunca conseguirás estar en la portada de una revista". Desde luego que lo consiguió: tras haber protagonizado las primeras planas de las publicaciones de moda más importantes y habiéndose convertido en una cotizadísima modelo, Gisele puede estar segura de que su rostro ha sido una de las claves de su éxito: "¿Sabes qué? Una gran nariz viene con una gran personalidad", comenta.
Incluso en uno de sus primeros trabajos cuando tenía solo 17 años, el reconocido fotógrafo Mario Testino se mostró reticente a retratarla para una campaña de la firma Missoni sin antes asegurarse de que su larga melena cubriese parte de su rostro. "Mario no estaba seguro al 100% seguro sobre ella", comenta Angela Missoni, directora creativa de la marca. "Le preocupaba su nariz", asegura.
Gisele Bündchen se retiró el año pasado de las pasarelas, dejando un gran vacío en el mundo de los desfiles. La modelo brasileña, de 35 años, comenzó una nueva etapa en su vida tras más de dos décadas de carrera que la consolidan como un auténtico icono de la moda, algo que, seguramente y a la vista de sus últimas revelaciones, jamás habría pensado cuando era niña.
