Inaugura una nueva faceta como diseñadora y atraviesa un momento personal dulce al lado del hombre de su vida. Sandra Ibarra ha presentado una colección de bañadores de la firma Basmar, dirigida a mujeres que han superado el cáncer de mama, cuyos beneficios irán destinados a la Fundación que lleva su nombre. Sandra aseguró que sigue volcada al cien por cien en su labor con su organización y que están “más creativos que nunca”. “Estamos luchando y recaudando fondos para la investigación y tratamiento de los efectos secundarios del cáncer de mama” explicó.
Su salud ahora es excelente y el posible desgaste emocional que tiene al estar en contacto con otros enfermos de cáncer lo transforma en energía. “Es difícil tener que ir al Funeral de María Pineda, por ejemplo, y lo hago por ella. María era un ejemplo de lucha y coraje. Se ha mantenido en pie porque ella ha querido. Entonces cómo no lo voy a hacer yo que me levanto y no me duele nada. Soy una privilegiada”.
A nivel profesional no para y eso es lo que le impide sacar un rato para organizar una posible boda con Juan Ramón Lucas, junto al que lleva más de una década. “Vamos a hacer once años juntos en septiembre. Haríamos una boda por el hecho de compartir ese momento con gente que te quiere y gente que tú quieres” explica sobre por qué le gustaría dar el “sí”. “Mi problema es que o junto a un grupo de amigas que me ayuden a organizarlo o soy incapaz. No encuentro el momento”.
Pero es algo que no descarta. “Es verdad que sí me apetece casarme”, algo que Juan Ramón también quiere. “También estaría encantado de que hubiera boda”. Y es que llevan tanto tiempo juntos que han pasado por mucho. “Hemos crecido mucho como pareja. Hemos tenido momentos mejores y peores que vas superando”. Sandra tiene qué es lo que le gusta de su pareja: “Su nobleza y que es muy apasionado. Compartimos esa pasión por la vida y además creo que es muy importante admirar a tu pareja y yo lo admiro”. Dijo además que tiene muy buena salud, algo que le encanta. “A ver si se me pega” comentó con una sonrisa.
Tampoco descarta la maternidad aunque, al no saber qué consecuencias tendría el proceso dados sus antecedentes, se plantea la adopción. “Viendo la necesidad que tienen los niños de recibir mucho amor, la adopción es una opción” comentó, aunque todavía no cree que sea el momento. “Tienen que encajar las piezas del puzzle, lo haremos”.
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