El susto de Lourdes y Cayetana en la vuelta a los ruedos de Francisco Rivera

El diestro, que sufrió una cogida en su regreso a la plaza de Olivenza, salió finalmente por la puerta grande

Por hola.com

"Estoy súper nervioso, pero con mucha ilusión. Siento muchos nervios porque es una alegría tremenda volver a hacer lo que me gusta, pero también porque es una responsabilidad muy grande para conmigo y para quien está confiando en mí, apoderados y empresarios. Y también responsabilidad de cara a los aficionados a los que les gusta mi toreo, a mi familia, a todos...". Estas eran las emocionadas palabras de Francisco Rivera en la entrevista exclusiva que concedió a ¡HOLA! la semana pasada, precisamente unos días de su vuelta a los ruedos. Una entrevista en la que el diestro, que está feliz de volver a ser quien de verdad quiere ser, Paquirri, también reconocía nunca ha dejado de ser consciente del peligro que supone jugarse la vida de nuevo.

Un peligro que, por casualidades del destino, volvió a estar presente en su reparición en la Feria de Olivenza este domingo. El 8 de marzo ya es una fecha marcada en su calendario de una manera especial no sólo porque supuso su regreso a los ruedos, sino porque vivió una jornada llena de emociones y algún que otro susto.

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La plaza estaba a reventar y es que el retorno del diestro ha generado una gran expectación. Ha vuelto después de dos temporadas de ausencia y silencio y, como prometió que su regreso es por tan solo una temporada, nadie se quiso perder el momento. En las gradas estaban, como no podía ser de otra forma, su mujer, Lourdes Montes, a la que ya se le nota el embarazo, y su hija Cayetana, que quiso estar al lado de su padre y apoyarle en este día tan especial.

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Ambas estaban muy emocionadas con su regreso, sin embargo, sufrieron como las que más. La faena del diestro iba estupenda hasta el quinto, cuando al ponerle las banderillas el toro sacó carácter y le cogió. Francisco se levantó rápidamente y se pudo ver que tenía la taleguilla destrozada, algunos moretones y cortes en la cara, aunque afortunadamente ninguna cornada.

Su hermano Cayetano, que estuvo a su lado en todo momento, se lanzó rápidamente al ruedo para ayudarle y Morante de la Puebla le ayudó a reponer el traje de luces con un improvisado vendaje, ya que el asta del animal dejó su pierna izquierda totalmente al aire.

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Tal y como puede verse en las imágenes, los rostros de Lourdes y Cayetana reflejan el miedo que pasaron en este tenso momento en el que no pudieron aguantar las lágrimas del susto que se llevaron. A pesar de que estaba asustada, la mujer del diestro no dudó en consolar a Tana, y abrazarla para que se tranquilizara, demostrando una vez más lo bien que se llevan y el gran apoyo que son la una para la otra. Una vez comprobado que no había pasado nada “grave”, Cayetano subió rápidamente hasta donde estaba su cuñada y su sobrina para darles un abrazo.

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Francisco no se retiró de la plaza y continuó la faena a pesar de que iba cojeando por el percance. Primero brindó a su hija, lo que aumentó la emoción, y después terminó su faena, siendo premiado con dos orejas. Una vez acabada, Rivera salió a hombros por la puerta grande con Enrique Ponce, quien también toreó ese día.

El diestro, que consiguió cortar las dos orejas, dio una verdadera lección de maestría, imprimiendo suavidad y mucha técnica, construyendo una faena sensacional. Le aplaudieron desde las gradas muchos rostros conocidos como el periodista Jesús Quintero, o Jaime Ostos y Mari Ángeles Grajal.

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"Ahora es más consciente del riesgo, pero su primera sensación es de alegría, porque es la vida que ella conoce. Mi hija piensa en su padre y ve a un padre vestido de luces. Cayetana ha viajado mucho conmigo cuando toreaba. Todo eso que hemos vivido ha hecho que tengamos una relación muy especial y está muy ilusionada con mi vuelta. Cayetana es muy buena aficionada y respeta el toro. Tiene ese punto de miedo, es evidente que sabe la historia de su familia, pero en general todos tenemos más ilusión que miedo", nos confesaba el propio Francisco.

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